ASPIRANTES A
PRESIDENTE DE LA CEDH
El
gobierno no debe tener más poder
que
el que los ciudadanos estén dispuestos a concederle.
Henry David Thoreu
Confieso que en algunas ocasiones me
acosa el pesimismo. Tengo un rosario de razones que lo justifican o al menos lo
explican: cuando hay persecución contra los activistas de derechos humanos,
cuando las violaciones a los derechos humanos son el único recurso que se
ofrece para alcanzar la paz, cuando para acallar voces, espacios y plumas se
agrede a periodistas.
Cuando pasan esas cosas me vienen
sentimientos de orfandad porque en medio del peligro hasta los amigos se nos esconden. Por eso no dejo de
impresionarme ante la Convocatoria del Congreso del Estado para ocupar la presidencia
de la Comisión Estatal de Derechos Humanos: lo que sobran son candidatos. Todos
con sobrados méritos y compromisos en materia de derechos humanos, al menos es
su presunción. ¡No sabía que contábamos con tantos defensores de los derechos
humanos en Sinaloa! Por lo tanto, acúsome de ignorar
lo que por de faul debo conocer.
Una pequeña duda revolotea en el
ambiente: ¿por qué habiendo tantos problemas en materia de derechos humanos ni
el rostro asoman en los momentos críticos la mayoría de esos apuntados? Eso
fortalecería este movimiento y nos daría más posibilidades de resolver los
entuertos que abundan en el campo de los grupos y personas más vulnerables de
la sociedad.
Por encima de las pretensiones
personales, creo que a algunos de los que se registraron (en ellos creo) se les
olvidó que apuntarse en bola sólo puede ayudar a quien o quienes van palomeados por los grupos que detentan el poder. Lo correcto
hubiera sido construir una candidatura fuerte. Ya no lo hicieron y eso deja
abierta las trancas para que repita en el cargo el actual presidente, que hasta
hoy no supo lo que era la autonomía de la CEDH o que se acomode alguna otra
persona de fuertes compromisos con el poder.
Leonel Aguirre, presidente de la
Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa, institución con más de
28 años de servicio a la sociedad, no quiso ir a la contienda por considerar
que no hay condiciones favorables para una decisión democrática en el Congreso
del Estado, donde los méritos y vocaciones sean el vértice de la decisión. Dijo
que prefería dedicarse a consolidar la organización. Quienes trabajamos con él
coincidimos en sus conclusiones y propósitos.
Agrego una mortificación más a mi
reserva de pesimismo: con o sin reelección en el Congreso tendremos una CEDH y
un presidente a modo. Sí, a la medida de un régimen nacido de una rara
pluralidad política que inexplicablemente excluyó de su agenda un compromiso
serio en materia de derechos humanos.
Pero mientras en el congreso se cocina a
un nuevo “defensor del pueblo”, el movimiento social que encabezan el poeta
Javier Sicilia y Emilio Alvarez Icaza está llamando a
desarrollar la campaña nacional: Ponte en los zapatos
del otro. La intención es visibilizar a las víctimas, que la sociedad voltee a
verlas y tome sus casos como propios y haya una fuerza social que exija
justicia para ellas.
En Culiacán se está cocinando una
actividad para el fin de semana, con la cual se iniciará nuestra incorporación a la campaña. Entre los
organismos interesados destacan Sinaloa por la paz, la Comisión de Defensa de
los Derechos Humanos en Sinaloa, los pepenadores del relleno sanitario de
Culiacán, entre otros.
No iremos con las manos vacías a la
campaña. Promoveremos la iniciativa de ley sobre desapariciones forzadas que
registramos ante el Congreso del Estado el día 9 de diciembre pasado. Con ella
los sinaloenses nos pondremos en los zapatos de las víctimas. Servirá de
desagravio ante la impunidad con que se van de este mundo los responsables de
esas desapariciones forzadas, como el reciente caso de Miguel Nazar Haro. Vale.