Sálvenos la historia de las aviesas intenciones de FriedrichHayek,
Milton Friedman y Salvador de Madariaga.
No es posible ser interno del hospital del IMSS sin que los fantasmas de Hayek, Friedman y de Madariaga
nos acosen en todo momento. -El que es pobre y no tiene para curarse, es
problema de él, no del Estado. Sentenciaron estos "angelitos" en
aquella reunión de abril de 1947 en el balneario de MontPellerin, fundando la escuela neoliberal que da línea
a los actuales gobernantes desde 1982. Y vaya queestos se han tomado muy en serio el consejo.
Muchos pensarán que esa infame conclusión es aplicable para los pobres que
no alcanzan la seguridad social, pero se equivocan, pues va dedicada a todos
los desposeídos; aún para los que pagan por la seguridad. Quienes disfrutamos
de la seguridad social desde hace poco más de una generación, podemos observar
los grandes cambios que ha sufrido el IMSS y no precisamente para mejorar la
atención de sus derechohabientes. Y podemos afirmar que si bien nunca se
alcanzó el ideal planteado por StephanieHeller en su hermosa convocatoria ¡Indignaos!, jamás
pensamos que en tan poco tiempo se buscara llevar a la más espantosa quiebra a
uno de los grandes logros de la revolución mexicana.
El lunes pasado José Loza fue internado en el Hospital Regional No. 1 en
Culiacán. Las dificultades se repiten en cadena en la medida que se avanza
rumbo a la cama asignada: no aparecen los camilleros que deben transportar al
paciente (después los descubrimos, pero se han transformado: ahora dan órdenes
a familiares, quienes suplen su función); el paciente debe ocupar la cama a
como la encuentre, porque no hay sábanas disponibles (es el primer bien escaso,
oro molido en el hospital); la higiene y el aseo parece ser asunto de otros
espacios y de otras épocas, pues por allí no parece haber pasado Dios, o mejor
dicho a quienes les corresponde hacer esa tarea.
Para el día miércoles ya tenemos, a fuerza de mucha gestión, aprobada la
subrogación de una resonancia magnética de cráneo. La cita para ello se
establece para el día lunes siguiente. Como economista no dejo de pensar en la
racionalidad de tiempos y costos, ligados a la eficiencia terminal. ¿Cuánto
vale una resonancia magnética? ¿Cuánto cuesta un día de hospitalización en el
IMSS? Hay quienes estiman esto último en 15 mil pesos, lo que ya implicaría un
costo mayor que la primera. Considerando que se había determinado enviarnos
hasta el próximo lunes, el costo-paciente llegaría a los 120 mil pesos. Con
gestiones de la familia es posible que la estancia no vaya más allá del
viernes, lo que ahorraría a la Institución unos 45 o 60 mil pesos.
Mucho tiene de lógica lo que se especula en la calle, en el sentido de que
se busca quebrar al IMSS. A final de cuentas es la filosofía de los discípulos
de aquellos neoliberales que hoy gobiernan el País, que desean ver cerradas las
puertas del IMSS y hacer los grandes negocios con la salud del pueblo. Pero más
allá de ese nefasto proyecto hay una subcultura del abandono del deber, tan
grave en muchos trabajadores que ya tienen en situación de verdadera crisis a
la Institución.
Quizá un dato sea un buen referente de la situación que se vive allí: los
baños. Desmantelados hasta la vergüenza y sin la visita de los guardianes de la
higiene, aquello sólo lleva a pensar en que tal descuido lo menos que puede
provocar es un brote de problemas de salud. La tecnología que en otros tiempos
lucían las habitaciones, ahora está en ruinas.
Todos podemos buscar como explicación la crisis económica del País, pero la
vida nos ha enseñado que hay campos de la economía que no deben ser víctimas de
crisis: la educación, la vivienda y la salud. Y menos si las prioridades que se
contemplan en los presupuestos son el rescate bancario (que seguimos pagando) y
los grandes contratos en obras a los privilegiados del País y sus socios
internacionales.
La relación con el departamento de trabajo social fue un oasis en el IMSS,
lo agradezco, pero no pude resolver las interrogantes, ¿cuántas enfermeras/os
hay por turno? ¿Cuántos pacientes se designan para cada enfermera/o? Pues sus
entradas a los cuartos son esporádicas o a solicitud insistente de familiares
de los pacientes, que son los que cumplen las diversas tareas que deben
realizar los trabajadores de la Institución.
Las cosas pudieran tener remedio si en la sociedad hubiera un contrapeso:
sindicatos que defiendan los derechos a la salud de sus agremiados. Las pocas
organizaciones sindicales que sobreviven, hace tiempo que erraron el camino de
la lucha, salvo muy contadas excepciones. Así, el panorama no dibuja un
horizonte con arcoiris, sino con un fangoso campo
gris. No me cabe la menor duda que una prioridad de los pobres de este País es
la defensa incondicional de la seguridad social, en especial del IMSS. Que está
lleno de vicios, sí. Defendámoslo, ya habrá tiempo de barrer con ellos, con los
fantasmas de Hayek, Friedman
y Madariaga, y con su burocracia. Vale.
Profr. Oscar Loza Ochoa
Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa/Jesús G. Andrade #475 Desp. 8/Culiacán, Sin./CP 80000/ Tel. (667) 712.56.80/oscar.lozao@gmail.com