Comparto con ustedes mi intervención en
la Mesa redonda: Cuba hoy.
Luego del restablecimiento de relaciones
diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, se jugó en las redes sociales con un
supuesto diálogo entre el Ché y Fidel en la coyuntura del rompimiento de dichas
relaciones por allá en 1961: ─ ¿Cuándo volveremos a tener relaciones
diplomáticas con los yanquis?─ Habría dicho el condotieri argentino.
─Cuando un negro sea el presidente de EU y el papa sea argentino.
─Contestó el jefe de la Revolución cubana. Este meme viral, al menos
resulta muy simpático en la coyuntura que se abre con el restablecimiento de
relaciones y por el papel jugado (y reconocido por las partes) del Papa
Francisco.
Para mi generación que creció y se formó
tan cerca de la Revolución cubana, que a través de la radio, cuando la prensa
escrita no llegaba a los pueblos chicos de México, se enteró de las
nacionalizaciones, de la invasión a Bahía de Cochinos, de la crisis de los
misiles, del embargo económico y del aislamiento diplomático a través de la
OEA, y que en los últimos años habíamos observado las resoluciones casi
unánimes de la ONU condenando el bloqueo económico promovido por Estados
Unidosy el caso de los cinco cubanos
presos en EU (los Miami five): Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio
Guerrero, René González y Fernando González; con todo ello, creímos que el
asunto cobraría aún otras dos o tres décadas para resolverse.
Pero entreabierta apenas la puerta de
normalización de relaciones y frente al mundo de cosas por hacer en este vasto
campo, diríamos junto al autor de El
hombre que amaba a los perros, que el asunto se bulle “entre la
incertidumbre y la esperanza” y que el camino tampoco será fácil. Leonardo
Padura también dijo: para los cubanos era “cómo que estábamos despertando de
una interminable pesadilla”. ¿Acaso para el resto de los latinoamericanos fue
diferente?
Aurelio Alonso, ha considerado que la
importancia del restablecimiento de relaciones, “no puede entenderse si se pasa
por alto que el centro de poder las interrumpió unilateralmente como repudio al
proyecto revolucionario… y que, al cabo de más de cincuenta años de agresividad
sostenida,… se ha visto obligado a hacerlo sin imponer condiciones”. El hecho
no tiene precedentes en América, pero no dejemos de observar que puede afectar
negativamente a los esfuerzos actuales de Venezuela, que pretende espantar los
fantasmas imperiales que se han enamorado de sus crecidas reservas de petróleo
que rondan el 18% del total de reservas mundiales.
No faltan quienes plantean que a la hora
de continuar la agenda obligada, Cuba tiene como coordenadas la dignidad y la
igualdad en el trato, y que la nueva actitud de EU se ha debido al deterioro
sufrido por su posición ante los cambios en América Latina. Lo que busca
─se dice─, es un reacomodo en sus relaciones, lo que mejora la
situación y proyección de Cuba. Las nuevas condiciones llevarán a que la Patria
de José Martí y Alejo Carpentier reciba un trato, al menos igual, que el resto
de naciones, de parte de los países que dominan la escena mundial.
Coincido con Carlos Saladrigas, en el
sentido que la relación bilateral que descansó en la enemistad y confrontación
era ya insostenible, y que deja mal parados a quienes quieran continuarlas
desde ambos territorios. “Para Cuba, el momento no ha podido sermejor y le ofrece gran ventaja de
oportunidades”. Dice Saladrigas, que en otras cosas pone el dedo en llaga: “La
economía cubana, a pesar de las reformas implementadas hasta ahora, no levanta,
debido principalmente a la insuficiencia del alcance y la envergadura de las
reformas. Un sistema económico que no funciona se cambia, no se repara.” Esto
sin duda es el debate interno en la Cuba de hoy. Y lo observamos, participando
indirectamente con cierto dolor, al ver los errores y tropiezos de un modelo de
economía socialista al que muchos miramos con esperanza.
Que hay que darle el último empujón al
embargo económico, ni dudarlo; que deben impulsarse los canales para acceder a
las instituciones financieras internacionales y de paso incluir en la próxima
ronda de pláticas con el imperio, el asunto de las nacionalizaciones que hizo
la Revolución, es una cosa que no entraba en nuestros cálculos. Serán los
tragos amargos de los cubanos. ¿Y sobre qué reglas concretas se recibirán los
préstamos del BM y del FMI? ¿Las que imponen ellos? Las cosas no serán fáciles:
con una Venezuela en apuros por la caída de precios del petróleo, la ayuda a la
cuna de Guillermo Cabrera Infante disminuye, con los republicanos dominando las
dos cámaras en EU, las elecciones de 2016 se vuelven un dolor de cabeza.
El especialista Esteban Morales llama la
atención sobre una política de EU que cambia de métodos, pero no de objetivos:
“El embargo es manejado a la espera de cómo Cuba responda a los intereses de
Estados Unidos en otros temas”. Y un tema que pone los pelos de punta es el de
derechos humanos, tan vilipendiado por los Estados Unidos, pero usado como arma
eficaz para sancionar a otros, y agenda en la que Cuba no contempló en el
pasado que ojos ajenos observaran y criticaran en este terreno.
Celebro que las puertas para el
entendimiento entre EU y Cuba comiencen a abrirse. Soy de los convencidos en
defender los logros y la dignidad de la Revolución cubana. Demasiado
contundentes son los alcances en materia de salud, educación, deporte, y la solidaridad
militante con todas las causas y gente necesitada del mundo; pero no quiero
quedarme con la preocupación que Padura ha expresado ante la nueva situación:
“La brecha entre los que trabajan para el sector privado y los que lo hacenpara entidades estatales y gubernamentales se
puede ampliar.” No creo que no se pueda superar el trauma social y económico
que significará la llegada de turistas gringos; me preocupa profundamente que
las diferencias a las que se refiere el autor de Vientos de cuaresma, se agranden y el retroceso hacia una sociedad
tan desigual como la nuestra, se esté forjando en esos tímidos pasos de reforma
económica, que de origen trastocan el modelo económico y social que generó la
Revolución que triunfó un 1° de enero de 1959. Y a la que muchos hemos dedicado
largos desvelos y activismo de esperanza ligados al destino de nuestro País.
Frente a los retos que abre el
restablecimiento de relaciones, los versos que Nicolás Guillén trazó en Puente, quizá nos ayuden a entender hoy
plenamente lo que Cuba ha forjado como proyecto:
¿Lejos?
Hay un arco tendido
Que hace viajar la flecha
De tu voz.
¿Alto?
Hay un ala que rema
Recta, hacia el sol.
De polo a polo a una
Secreta información.
¿Qué más?
Estar alerta
Para el duro remar;
Y toda el alma abierta
De par en par.
Muchas
gracias.
Profr. Oscar Loza Ochoa
Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa/Jesús G. Andrade #475 Desp. 8/Culiacán, Sin./CP 80000/ Tel. (667) 712.56.80/oscar.lozao@gmail.com