─En estos momentos salimos a
buscar un puñado de corazones que han dejado de latir. Vamos a una zona de
peligro llamada “La Pochota”. ─Dijo la familiar
y activista Rosy Neris. Es uno de los mensajes
enviados desde el mero Amatlán, punto geográfico de
alto riesgo en el estado de Veracruz. Si allá la brigada nacional que busca
desaparecidos se encomienda a Dios antes de entrar en acción, quienes nos
quedamos acá vivimos con el Jesús en la boca durante esas jornadas de
búsquedas.
En el taller que combina teoría y práctica
de las búsquedas de personas desaparecidas, todos los días son de hallazgos. En
uno se encuentran ropas y pertenencias personales manchadas con el líquido
vital y en otro historias de los lugareños que dan
testimonio de innumerables infamias. Infamias, retazos de historias que hablan
de seres humanos sin vida que arrastra el histórico Río Blanco. Sí, el mismo
río que lloró la represión y muerte de los obreros textiles en huelga, en aquel
malhadado 7 de enero de 1907. Tanto dolor está ligado a las riberas y aguas de
esa arteria hídrica, que los vecinos empiezan a llamarle Río Ensangrentado.
La prensa local y nacional ha hecho acto
de presencia en el incansable trabajo que realiza la brigada nacional, donde
hay una valiosa comisión sinaloense. Esto nos permite llevar una relación fiel
sobre las reacciones regional y nacional de las instancias oficiales, como de
los habitantes de las comunidades visitadas. Es tan sensible la presencia de la
brigada nacional en la zona mencionada que cualquier dato que llegue o se
exprese puede magnificarse y tener efectos preocupantes. Fue el caso de una
nota periodística en relación a una llamada telefónica que mencionó que el
lugar donde se trabaja era una zona caliente. Se terminó informando que había
amenazas contra los activistas de la brigada. Pero por fortuna hay mucha
madurez y prudencia en nuestros amigos y compañeros brigadistas.
Una de las cosas hermosas, dentro de
tanto sufrimiento y lucha, es que el movimiento de búsqueda de desaparecidos se
vuelve un imán natural para los familiares que han vivido callados el mismo
problema, pues ahora ven un respaldo para reclamar abiertamente la presentación
de su familiar, lo que no podían hacer hace apenas unos días en las condiciones
de miedo en que viven. Llegaron tímidos y de a poquitos el primer día, ahora
arriban con mayor confianza al lado de nuestros brigadistas. Ven una esperanza
en este pequeño, pero heroico grupo de buscadores. Y cuando la esperanza toca
el corazón, arrima conciencias y se vuelve una acción efectiva del pueblo
agraviado.
Sabemos que no están solos los
brigadistas. Cómo lo van a estar si en esos campos viven “las Patronas”, esas
humildes doñas que les sobra corazón para compartir el pan y la sal con el
incontable fluir de migrantes centroamericanos. Esas “Patronas” les han
reiterado su solidaridad y respaldo moral este miércoles. Les han dicho que sus
preocupaciones son también de ellas y que cualquier mal gesto que les hagan lo
sentirán como ofensa propia. Ese encuentro de dos nobles causas bien merece un
cuadro de Rivera o una intensa narrativa de Revueltas. Lamento profundamente no
haber sido testigo de ello.
Una de las noticias que recibimos como
brisa fresca en tarde de verano, es saber que varios párrocos han tenido la
sensibilidad de preocuparse por nuestros brigadistas de Enlaces Nacionales.
Enhorabuena. Destacamos aquí la disposición solidaria del padre Julián
Verónica, que ha brindado techo y protección a los brigadistas. Otro encuentro
digno de reconocer es el de Juan Carlos Trujillo, representando a los
brigadistas, con el obispo de Córdoba, Eduardo Patiño. Ante esos oídos
receptivos, Juan Carlos expresó: “La intención de este movimiento es
reconstruir un poco el tejido social y tener acceso a la verdad, creemos que
esa es la única manera en que podemos obtener las familias, principalmente en
Veracruz, una paz y una tranquilidad”. Fue muy certero.
En medio de todo el trajín de la
búsqueda y de las sesiones teóricas, nos imaginamos a Mario “la Hormiga Atomik”, escaso de carnes y sobrado de humor, hombre de
inagotables energías y dueño de una imaginación para encontrar salidas en sus
búsquedas como ninguno. Debe saber que muchas familias lo esperan en Sinaloa,
para que un día varilla en mano, pala y güingo al
hombro, salga junto a nosotros, a la búsqueda de los desaparecidos de acá.
Mientras se desarrolla ese taller
teórico y práctico de búsquedas en Veracruz, Voces Unidas por la Vida y Las
Rastreadoras de El Fuerte no hemos descansado. En las jornadas de búsquedas, en
la zona norte del estado se han encontrado restos de dos seres humanos y en
Culiacán preparamos las próximas jornadas que esperamos nos lleven a hallazgos
concretos. En tanto estamos presentando una Carta compromiso a los candidatos
de los diferentes partidos al presente proceso electoral, para que se
manifiesten de manera concreta en materia de derechos humanos, y, muy
particularmente, en el tema de desaparición forzada de personas. No es tiempo
de descansar. Vale.
Profr. Oscar Loza Ochoa
Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa/Jesús G. Andrade #475 Desp. 8/Culiacán, Sin./CP 80000/ Tel. (667) 712.56.80/oscar.lozao@gmail.com