¿Y el dolor? ¿y la
muerte ineluctable ? Asuntos de farmacia y notaría.
Renato Leduc
─No
habrá diálogo con los maestros sobre la reforma educativa. Sentenció el
presidente Enrique Peña Nieto durante su estancia en Canadá, luego de calificar
como lamentables las manifestaciones de los mentores, “que van más allá de
simplemente luchar por una causa”. No lo hizo en un marco canadiense callado o
que se sintiera ajeno a lo que pasa en México. Nuestros paisanos allá le
recordaron Nochixtlán y su responsabilidad jurídica.
Al día siguiente, ante una pregunta de reporteros sobre el magisterio y ayuno
de prudencia, dijo: “yo los llamaría para llevar a cabo su función social.”
Osorio Chong, quedaba colgado de la brocha en el traumático diálogo que ya
había iniciado.
EPN habló
ante la prensa y ante un Jefe de Estado que es maestro de carrera. Y Justin Trudeau, no perdió la oportunidad de presumir su origen de
mentor y recomendar al Presidente mexicano el privilegiar el diálogo con nuestros
profesores y de fortalecer el Estado de derecho. No sería la única lección que
Peña Nieto recibiera en la patria de Alice Ann Munro.
Queriendo quedar bien con el Presidente Obama, se lanza contra el irreverente Trump, pensando golpear de paso a López Obrador. El eje
central de la ofensiva era el “populismo y la demagogia.” El moreno de Hawaii, manifestó sus preocupaciones por la desigualdad, la
injusticia y la impunidad. Y no eludió la conclusión ante el pupilo de Atlacomulco:
─ Supongo que eso me hace ser un populista. ─ Presumió.
A veces me
pregunto, ¿por qué razón la élite gobernante mexicana busca complicar tanto la
vida nacional, cuando le sobran frentes al interior y exterior para
entretenerse? Baste pensar en las debilidades de la economía nuestra ante la
bárbara e irracional entrega de los recursos nacionales (léase reformas). El
precio de las gasolinas y de la energía eléctrica evidencia parte de la mala
gestión pública y la amenaza que pende sobre el agua, el ISSSTE y el IMSS. Por
si fuera poco, apenas decide Inglaterra salirse de la Unión Europea y sacude
nuestra economía y obliga al tercer recorte en el presupuesto nacional para
2016. Y el diente del recorte se lanza ahora contra la salud y la educación. Ni
pensar en que pueda tocarse el renglón de seguridad, cuya preocupación central
es criminalizar los movimientos sociales, no combatir el crimen.
Y hablando
de seguridad, las cifras a nivel nacional y en el estado no invitan a la
tranquilidad. Si ponemos la vista en homicidios, los resultados son muy
preocupantes. Los números hacen pensar que al cerrar este año en Sinaloa la
diferencia de sexenio a sexenio será al menos del 20% mayor en el presente. Las
desapariciones forzadas no cesan, ni los desplazamientos de personas por la
violencia, ni las agresiones a periodistas, ni los homicidios en hospitales y
consultorios médicos. A pesar de todo ello no hay una actitud de autocrítica
por las fallas en materia de seguridad, al contrario.
En términos
de la legislación tampoco se ve sensibilidad en la élite gobernante. Ni por
asomo estuvo dispuesta a que en la ley de transparencia todo funcionario
público estuviera obligado a publicar su declaración patrimonial, su
declaración de impuestos y su posible conflicto de intereses. Vaya que hay
mucha tela de donde cortar en este campo y a pesar de los escándalos
frecuentes, aún cree esa élite que los ciudadanos verán esos crímenes como
meras anécdotas republicanas.
Y no
solamente se salieron con la suya, a pesar de las fuertes presiones nacionales
de un vigoroso movimiento por los derechos humanos y de compromisos
internacionales para legislar sobre desapariciones forzadas de manera integral,
la iniciativa de Ley que ya tiene meses no entra en los planes del período de
sesiones extraordinario del Congreso de la Unión. No tendremos esa ley en corto
tiempo, ni tampoco los compromisos que deben desprenderse de ella para cada una
de las entidades federativas. Es muy claro que ante tanto vacío legal y falta
de voluntad, las violaciones a los derechos humanos marchan al ritmo que la
impunidad y la corrupción imponen en México.
Mientras
tanto, en el marco descrito Sinaloa se prepara para iniciar una nueva gestión
gubernamental. La economía local no marchó bien en los últimos seis años.
Siendo un estado de vocación agrícola a las prolongadas sequías y heladas que
arruinaron buena parte de la lastimada agricultura, hay que sumar la mala gestión
pública que no dio golpes de timón para sostener el crecimiento del PIB en el
promedio nacional, terminando con el endeudamiento mayor que en toda la
historia ha tenido nuestro estado: 7 mil 544 millones de pesos. No nos han
adelantado nada sobre la orientación que tendrá el presupuesto del primer año
del nuevo gobierno. Pero lo que sí tenemos claro los sinaloenses es que el
modelo actual donde las aspiraciones en salud, educación, vivienda y empleo, no
son prioritarias, no puede seguir impune. Un presupuesto con perspectivas de
derechos humanos debe ganar terreno. Vale.
Profr. Oscar Loza Ochoa
Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa/Jesús G. Andrade #475 Desp. 8/Culiacán, Sin./CP 80000/ Tel. (667) 712.56.80/oscar.lozao@gmail.com