Para el Día internacional de la mujer se
programó un acto cívico, que los idus de marzo (con sorpresiva lluvia) se
encargaron de suspender. He aquí el discurso que no pudo ser de Alma Rosa Rojo,
de Voces Unidas por la Vida.
Lo queremos decir aquí y ahora, porque
la historia y los problemas de México así lo exigen. No podemos esperar a
mañana para reclamar la presentación de nuestros familiares desaparecidos. Este
martes 8 de marzo, Día internacional de la mujer, es el momento adecuado para
decirle a todas y todos los ciudadanos que hay una gran deuda de la autoridad
mexicana en materia de justicia con la sociedad. Y que una parte muy sentida de
esa deuda es el alto número de personas desaparecidas, donde hay
responsabilidad directa de la misma autoridad en muchos de los casos
denunciados y responsabilidad también al consentir que particulares realicen
esa condenable práctica, mientras poco o nada se hace para investigar, castigar
a los responsables y detener el horrible delito de desaparecer a personas.
Este día han querido desvirtuarlo en las
esferas oficiales, perdiéndose en interminables ceremonias de melosos discursos
que no dicen nada y de palmaditas en la espalda para que las mujeres nos
vayamos resignadas a la casa, aunque el mundo esté ardiendo. Las mujeres que
trabajamos y que luchamos por sacar la familia adelante, y las que tenemos a 27
mil familiares desaparecidos en el País, queremos recordarles que el 8 de marzo
es un día de lucha, un día que reivindica a la mujer que trabaja, que
transforma su sociedad y que reclama respuesta a sus problemas. No fue la
autoridad ni el mundo de las niñas encopetadas las que le dieron sentido a esta
fecha. Allí están Rosa Luxemburgo, Alejandra Kollontai
y Clara Zetkin, que en medio de su incansable lucha
por la liberación de la humanidad, incluidos en términos de igualdad los
derechos de las mujeres, plantearon en 1910 esta fecha como referente de
nuestros derechos.
Todos los presentes deben saber que
estos últimos años y meses han corrido pasmosamente para
las mujeres que tenemos familiares desaparecidos. No hemos tenido descanso
reclamando la presentación de nuestros seres queridos y las noches se han
vuelto un duerme vela perpetuo, pensando qué nuevos muchachos y muchachas
amanecerán en calidad de desaparecidos. Pero esta lucha sin descanso de las
mujeres (madres, hijas y esposas) con desaparecidos, ha sumado a muchas otras
mujeres y hombres, y ha conquistado la simpatía del mundo y de los organismos
internacionales, que emplazan a las autoridades mexicanas a dar una respuesta
concreta a nuestra demanda de presentación de los desaparecidos.
Por esa lucha de las mujeres y sus familias,
y por el apoyo internacional, el gobierno creó la Comisión Ejecutiva de
Atención a Víctimas y una Subprocuraduría de Derechos Humanos en la PGR. Hemos exigido una legislación integral sobre
desapariciones forzadas y en los días próximos nos reuniremos con
representantes del Senado, para que escuchen las propuestas del movimiento
nacional de familiares con desaparecidos. Con el apoyo de ustedes se ha
avanzado y lo necesitamos para los siguientes pasos. No nos abandonen.
No sólo hemos ido a las oficinas,
también salimos a la calle y realizamos plantones frente a los despachos de los
gobernantes, haciendo presente el reclamo de si ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos! Pero todas las mujeres de Enlaces
Nacionales dimos otro paso adelante: Ir a la búsqueda directa de nuestros
desaparecidos. Se hace con la presencia de la autoridad para sortear los
inminentes peligros. Algunas búsquedas dieron resultados encontrando restos de
nuestros desaparecidos: El dolor y el consuelo por ello hacen una dramática mezcla,
pero seguimos adelante.
Este trabajo de alguna manera es un
homenaje a nuestra compañera Sandra Luz Hernández que murió en la búsqueda de
su hijo desaparecido y a Chuyita Caldera de Barrón,
María Pérez de Carbajal, Rita Gaytán de López, Margarita Velázquez de Alemán y
tantas otras que fallecieron en la lucha y durante la interminable espera de
sus hijos. Por ellas y por nuestros hijos, esposos y hermanos, reiteramos
nuestros compromisos:
No descansaremos hasta encontrar a
nuestros familiares desaparecidos.
No renunciaremos a nuestros derechos a
manifestarnos libremente y a ser escuchadas.
No habrá fuerza que nos divida, porque
el fin de nuestra lucha es la libertad de nuestros
familiares.
Si hay pueblo que nos apoye, habrá
desaparecidos que regresen a sus casas.
Profr. Oscar Loza Ochoa
Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa/Jesús G. Andrade #475 Desp. 8/Culiacán, Sin./CP 80000/ Tel. (667) 712.56.80/oscar.lozao@gmail.com