La Montaña

SEGURIDAD, CRÍTICA Y PROPUESTAS

Menos aún podrán sobornar a la historia

Gral. Juan Andreu Almazán

La violencia regresó a las aulas de la peor manera.Y cobró la vida de tres modestos maestros de la zona rural del municipio de Concordia. La triste noticia sacudió al magisterio estatal y lo llevó a una movilización en Escuinapa (tierra de los mentores), Concordia (lugar de trabajo), Mazatlán (centro de referencia del sur) y Culiacán (sede de los poderes). En las marchas se habló de hartazgo de una situación violenta que no es aislada para los maestros y también de una firme exigencia para que la autoridad garantice protección a quienes cumplen con su apostolado en condiciones económicas difíciles, y siempre con el Jesús en la boca cuando el fantasma de la inseguridad cobra vida, mucha vida en diversas regiones del estado.

El comportamiento de los números en el renglón de homicidios no pinta bien en lo que va del año, pues hasta abril tocó la cifra de 533. Es evidente que lo hecho por la autoridad hasta ahora no está dando los resultados que la sociedad espera y exige desde hace tiempo. La autoridad no puede cruzarse de brazos, pues el tejido social resiente profundamente las consecuencias de esa actividad depredadora y toca de nuevo un problema que no sólo es preocupante, sino lleva, como ya ha sucedido en otros lugares y momentos, a la ausencia obligada de maestros en algunas zonas: Huixiopa, El Pozo, La Joya de los Martínez, San José de Hornos, entre muchas otras comunidades de Sinaloa. La tarea para las autoridades es muy clara y no contempla prórrogas.

Hemos visto las quejas de muchas familias y de organismos de la sociedad, lamentando en los últimos días de cómo la violencia ha cobrado vidas y patrimonio entre ellos, sin que se pueda observar un asidero a partir del cual haya una medida que empiece a frenar la actividad criminal. Los constructores, comerciantes, corporaciones policiales y fuerzas armadas han lamentado en los últimos meses la pérdida de vidas y la desaparición forzada entre sus filas. El problema de la violencia no es ya ni cosa menor ni un asunto del que podamos desentendernos, mucho menos para seguir aplicando las mismas recetas. ¿Qué debemos hacer?

Algunos organismos de la sociedad hacen un esfuerzo desde sus trincheras para enderezar el barco, como la asociación Motivos para la paz que se han propuesto el rescate de comunidades y espacios públicos controlados o enajenados por bandas criminales o simplemente abandonados por una sociedad que hoy no vive la plena resistencia ante el empuje de actividades antisociales y recula un paso a dos, cediendo lugares públicos vitales. El proyecto de darle otro rostro a la población de Villa Juárez, planteado por esa organización social, se vuelve emblemático para Sinaloa por muchas razones, pues de ser exitoso podremos impulsar ese modelo en otra y cien comunidades donde la vida social sufre de intenso estrés.

Otro esfuerzo en este contexto es el de las señoras de Voces Unidas por la Vida, el grupo de familiares con desaparecidos. Ellas buscan justicia para todos los casos de ausencia por desaparición y su lucha se inscribe en el marco de los derechos humanos. La paz que demanda la sociedad sinaloense no se alcanzará mientras haya desaparecidos, por eso es tan importante en la búsqueda de la gobernanza y la tranquilidad pública, que se atiendan los planteamientos de Voces Unidas por la Vida y de las Rastreadoras del norte.

Se está organizando una Caravana por la Paz y los derechos humanos para la última semana de este mes. Los familiares con desaparecidos son los organizadores y el grupo central en dicha caravana. La idea es partir de la ciudad de El Fuerte, Sinaloa y terminar en la ciudad de Culiacán. Iniciar la actividad en ese municipio norteño tiene mucho sentido para el movimiento, pues en esa célula de la geografía nacional han detonado las desapariciones en los últimos cinco años. Será muy grato ver a los dos grupos de familiares marchar juntos desde El Fuerte de Montesclaros hasta la tierra de Norma Corona, Jesús Michel y Sandra Luz Hernández.

La marcha es una invitación para que las familias que aún sufren en silencio el dolor de un pariente desaparecido, se acerquen a estas organizaciones y se convenzan de que ese dolor, por muy personal que se exprese, es de todos. Y para que ellos y la sociedad den ese gran paso de tratar abiertamente este flagelo de la violencia, que se denuncie ante la autoridad cada caso y que esta asuma la responsabilidad que le corresponde. Al fin que la paz o se construye por todos o no hay paz.

Las universidades del estado y la Secretaría de Educación Pública y Cultura no pueden quedarse al margen de los convocantes a la reflexión sobre el fenómeno de la violencia. Son ahora quizá las únicas instituciones del Estado con menos desgaste social para intentar un nuevo esfuerzo, bajo un modelo distinto, donde la inteligencia y la cultura prueben un músculo no utilizado en México, que bien puede rendir tantos frutos como los logrados en Medellín, Colombia. Es hora de hablar y proponer. Seguramente habrá muchas ideas y no pocas apuntando a rumbos diferentes. No tengamos miedo a ello. Convenzámonos sobre todo en que 2017 es el año de un nuevo rostro en materia de seguridad ciudadana. Vale.

Profr. Oscar Loza Ochoa
Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa/Jesús G. Andrade #475 Desp. 8/Culiacán, Sin./CP 80000/
Tel. (667) 712.56.80/oscar.lozao@gmail.com