Las comisiones unidas del Senado
cerraron las puertas (y los oídos) a cualquier otra opción. Así que la
iniciativa de Ley de seguridad interior, ya aprobada en la Cámara de Diputados,
será presentada ante el pleno del Senado para su primera lectura. Y con la
intención de solicitar la dispensa de la segunda, por las urgencias de imponer
una ley inconstitucional. Es cierto que nueve de sus artículos habían sido
modificados en la cámara baja, pero la calificación de la CNDH y del
Representante de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos
Humanos en México, fue de que con ello cobra mayor vida la certeza que se tiene
sobre los riesgos en violación de los derechos humanos, la sustitución de la
autoridad civil por la militar, la inconveniencia de que sustituyan a las
policías ministeriales en la investigación, los allanamientos y su utilización
de las fuerzas armadas en conflictos sociales.
Mientras se desarrollaba la sesión de
comisiones unidas, donde solo hablaron senadores de la oposición y los
legisladores del PRI creyeron que el silencio era su mejor argumentación, desde
el público el activista Alfredo Lecuona les gritó:
¡Golpistas! ¡Golpistas! Esto no es un diálogo. Atrevimiento que hizo que la
Senadora Cristina Díaz perdiera los estribos y ordenara guardar silencio a Lecuona, por si este aún no entiende que esa es la actitud
que de los ciudadanos se espera. Faltaba más.
Hubo dos propuestas. Una moción
suspensiva de parte del Senador Benjamín Robles y otra que pretendía ampliar
las audiencias públicas, del Senador Romero Hicks. En
ambas la votación fue así: 15 del PRI contra 8 de la oposición y 15 contra 8,
respectivamente. La famosa minuta pasa, por la tanto, al pleno del Senado. Y a
partir de hoy, que todos los dioses que los conquistadores trajeron en sus
alforjas y los que nacieron en estos valles, mesetas y barrancas, nos agarren
en buena hora, porque ningún milagro previene las violaciones a derechos
humanos ni cura las heridas que esos atropellos nos dejan.
A pesar de las opiniones de muchos
especialistas en la materia, de las críticas hechas por el Representante de la
Oficina del Alto Comisionado de la ONU, de la CNDH, de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, sin faltar la de obispos de la Iglesia
Católica y miles de voces de ciudadanos de a pie, en estos días el Senado de la
República nos puede dar la amarga noticia de que los últimos clavos que
impedían abrir de par en par las puertas del autoritarismo, ya han sido
desprendidos de la pared del republicanismo. Nos regalan malos días de
adviento, que sólo podrán enfrentarse con la protesta ciudadana en la plaza
pública y la calle, y con los recursos que la Constitución ofrece a quien creen
en la democracia y la cultura de los derechos humanos, como cimiento de una
Nación donde estos incluidos todos, comenzando con los pobres y los
vulnerables.
Y por si fuera poco, hay que escuchar el
informe del Banco Mundial para este 2017. Nos dice que la población de América
Latina es muy vulnerable a eventos inesperados de gran alcance como terremotos,
El Niño y conflictos armados. Lo sabemos de sobra, la experiencia nacional nos
ofrece tragos muy amargos en esta materia. Apenas en septiembre sufrimos dos
golpes demoledores, sin el consuelo de que toda la ayuda solidaria llegue hasta
quien lo necesita, pues la corrupción cobra sus cuotas aún en situaciones
emergentes y extremas.
El BM dice que estos fenómenos afectan
más a quien menos tienen. Es una gran verdad. Muchos huracanes nos lo han
demostrado y los deficientes fondos para casos de desastres, y su mala
administración lo confirman. Los sismos de septiembre nos hablan de que
alrededor del 1.5 por ciento de la población nacional fue afectada, sinque haya manera de emprender un verdadero
plan de reconstrucción y alivio de esas zonas de desastre, pues ni el fondo
nacional para emergencias es suficiente y las ayudas nacionales e
internacionales no se ve dónde diablos quedaron.
Hay un punto que toca ese informe y es
el de conflictos armados. En Sinaloa, apenas en julio pasado registramos el
desplazamiento por motivos de violencia de más de 1 mil 300 personas en
Concordia. Pero hay otros significativos casos de antecedente, los que juntos
suman unas 38 mil personas desde 2009 a la fecha. El BM dice que en las zonas
donde la violencia impone una cuota de 10 muertes por cada 100 mil habitantes
el crecimiento económico sufre una caída del 0.2 por ciento. Si consideramos la
situación en Sinaloa, que hasta el mes de noviembre registra 1462 homicidios,
con una población poco mayor a los 3 millones de habitantes, el número de
muertes es de unos 48 por cada 100 mil. Siguiendo el razonamiento del BM
nuestra economíaperdería alrededor del
1.0 por ciento del crecimiento anual del PIB. Muy preocupante como para no
reclamar otra actitud y comportamiento de las autoridades. Y que no se eche más
fuego al fuego. Vale.
Profr. Oscar Loza Ochoa
Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa/Jesús G. Andrade #475 Desp. 8/Culiacán, Sin./CP 80000/ Tel. (667) 712.56.80/oscar.lozao@gmail.com