y todos los policías desaparecidos, regresen con salud a su
hogar.
Ojalá que los idus de marzo lleguen con mejores
augurios en materia de seguridad. Ojalá, porque los de enero y febrero debieron
andar tan asustados por los rincones que ni las narices asomaron frente a la
violencia. Con al menos 132 homicidios acumulados (pues la vox populi dice que
varios muertos fueron retirados por las partes del terreno de enfrentamiento en
Villa Juárez y Elota), esos pobres días festivos del calendario romano,
debieron temer tanto al embate violento que nos invade desde el 1º de enero,
como aquél vidente que alertó a Julio César del riesgo a perder su vida,
precisamente un 15 de marzo.
También nosotros andamos así, pues el
gasolinazo de la alborada de enero sólo fue el primer eslabón de una cadena de
golpes en materia económica. Después de eso entramos con temor a los
supermercados, por aquello de una inflación que no para en ganar terreno contra
los disminuidos ingresos de los pobres y las clases medias. Y las cosas no
paran allí, pues la mala gestión gubernamental mantiene a la economía en la
recesión. Las angustias son el distintivo de estos días.
Diciembre se encargó de adelantar lo que
vendría este año, al descubrir que los dineros públicos se habían esfumado de
las arcas municipales y estatales, y que para salarios y aguinaldos los fondos
no alcanzarían. Y los gobernantes que entregaron los bártulos se fueron
confiados en que no habría reclamos por lo que se llevaron. Como no hay
antecedentes de que sean llamados a cuentas, no pocos hasta aspiraban a ocupar
nuevos puestos. Con todas las huellas que la corrupción dejó en Culiacán,
resulta inexplicable que hasta partidos de oposición aprobaron cuentas que
dejaban mucho que desear. El Congreso del Estado es la honrosa excepción al
negarse a la aprobación de la cuenta pública de Mario López Valdez del primer
semestre de 2016. Aunque no hay garantía de que se mantengan en esa postura.
Los gobernantes que se fueron dejando lavadas
las arcas públicas, también dejaron un gran hueco en materia de seguridad.
Algunos delitos de alto impacto habían retomado el camino ascendente, mientras
desde el poder se apostaba a disminuir y desprestigiar a las corporaciones
policiacas ¿por qué? El delito y los delincuentes avanzaron mientras tanto:
homicidios, desapariciones forzadas, desplazamientos y robos. Lo que hoy
tenemos como lamentable saldo de violencia, es el resultado del síndrome de la
Iniciativa Mérida: el debilitamiento de las corporaciones policiales y la
justificación de la presencia militar en las calles sustituyendo a aquellas.
Atrás de todo ello la mano de los gringos que borran todo vestigio de soberanía
nacional.
Y en medio de gasolinazos, generalización de
precios a la alza, corrupción en los manejos de la cuentas públicas que ahora
resulta que no alcanzan para cubrir salarios y prestaciones de sus trabajadores
de gobierno, y desconfianza hacia la gestión de los gobernantes, surge una
oportunidad para quedar bien con la sociedad, para que se alimente la esperanza
en que la Procuraduría (hoy Fiscalía) puede ser una Institución con autonomía.
Pero el gobernador no quiso abdicar al viejo control que hay sobre quién debe
investigar los delitos, incluidos los de los funcionarios. Tendrá razón, no
vaya saliendo tan bravo como el fiscal de Guatemala que llevó a la
vicepresidenta y al presidente a la cárcel. Por ello estrenaremos fiscal con
nombre distinto, pero con los mismos apellidos (de dependencia).
¿Qué pasará con el problema de las
desapariciones forzadas? Es un asunto donde no hay una política pública que se
plantee detenerlas. Lo mismo diremos para los homicidios dolosos, salvo el
detalle de que el gobernador ha solicitado a gobernación se declare la alerta
de género. ¿y qué pasará con tantas otras cosas para las que no se ve respuesta
del gobierno de Quirino Ordaz? Entre ellas los apoyos en útiles y uniformes que
los niños recibían en los años anteriores.
La situación violenta abrió ya varias zonas de
excepción en el estado de Sinaloa, ¿qué se planteará en breve para ellas? Las
hay en puntos geográficos de Choix, El Fuerte, Sinaloa municipio, Badiraguato,
Culiacán, Navolato, San Ignacio, Mazatlán y El Rosario. Dilatar el tiempo para
su atención es apostar a la profundización de sus problemas. Tomemos nota que
en algunos de esos lugares ni las actividades económicas son las normales, ni
la vida social y que el ciclo escolar no se está desarrollando con la
regularidad programada. La sociedad civil organizada no puede cruzarse de
brazos ante ello, aunque si lo haga la autoridad. Vale.
Profr. Oscar Loza Ochoa
Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa/Jesús G. Andrade #475 Desp. 8/Culiacán, Sin./CP 80000/ Tel. (667) 712.56.80/oscar.lozao@gmail.com