Los vecinos de Concordia nos llaman
angustiados por una nueva emergencia. Siete familias de Pánuco tenían hasta el
día 29 de mayo para abandonar su querido pueblo. Las amenazas eran en serio. No
se puede pensar otra cosa si el martes 22 cuatro vecinos fueron asesinados y el
29 moría en el hospital uno de los heridos. Sus familiares buscaron ayuda con
las autoridades municipales y hasta con el Ejército. Les urgía poner a salvo a
esas sufridas familias.
La presidencia municipal de Concordia
envió dos patrullas y tres policías. Las familias amenazadas no quisieron
trasladarse con ellos. La confianza en las fuerzas municipales no anda en
buenos caballos y sólo les mandan tres elementos. Con el Jesús en la boca
permanecieron en sus hogares, a la espera de una buena noticia desde fuera,
porque ni modo de acudir por la ayuda de la autoridad de la comunidad, porque
el síndico municipal es uno de los jefes de familia amenazados.
La partida militar con destacamento en
Concordia acudió a la desesperada solicitud de familiares, que con lágrimas en
los ojos miraban correr al sol ese día 29 más de prisa que de costumbre.
También tocaron a las puertas de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos
en Sinaloa. Luego de escuchar los pormenores, nos comprometimos a elaborar una
Medida Cautelar, para que las autoridades estatales, el Congreso del Estado, la
Fiscalía General y el Ayuntamiento de Concordia, tomen las providencias que el
caso reclama.
Nuestra Medida Cautelar plantea lo
siguiente: que en primer lugar se rescate a las siete familias y sean
trasladadas a un lugar donde se les brinde la seguridad y protección que establecen los Principios Rectores de los Desplazamientos
Internos de la ONU y la Ley de Atención y Protección a Víctimas. Como segunda
medida proponemos que las autoridades estatales y municipales realicen las
acciones necesarias para que se garantice el respeto a los derechos humanos de
todos los vecinos de la sierra de Concordia, en especial en la zona de
conflicto. Y como tercera medida, se elabore y ejecute un programa de atención
a los desplazados y las zonas expulsoras, esto como tarea del gobernador
Quirino Ordaz Coppel.
La situación que estamos comentando es
muy preocupante. No lo estamos señalando hasta ahora. No estuvimos de acuerdo,
en su momento, en que la autoridad convocara al regreso de los desplazados a La
Petaca, Los Chirimoyos, Santa Lucía, Pánuco, el Zapote de la Noria y otras
comunidades. Nos parecía y nos parece una irresponsabilidad hacerlo, por los
riesgos que se corren y que el tiempo ha probado, desafortunadamente, que
teníamos razón.
Mientras estas urgencias corren, 350
familias de desplazados que viven en Mazatlán siguen demandando créditos para
vivienda. Hace unos días el subsecretario estatal de Sedesol
se reunió con ellas y tenemos conocimiento que en estos días volverá personal
de la Secretaría para dar seguimiento a la solicitud. Ojalá se otorguen
créditos a esas familias desplazadas que no tienen proyectado en un futuro
próximo el regreso a sus comunidades de origen. No mientras su añorada sierra
siga siendo campo de disputa entre bandas criminales.
En el tema de las desapariciones
forzadas y feminicidios, otra arista de la crisis humanitaria que padecemos, el
6 de junio próximo nos sitúa frente a un hecho que nos partió el corazón y que por muchos meses nos impuso la tarea de buscar a
Dayana, la niña de San Pedro. Ese día será el I aniversario de su desaparición
y seguramente de su fallecimiento. Cuando se encontraron sus restos, sentimos
que ya no éramos los mismos como ciudadanos y que una gran deuda se quedaba
entre nosotros frente a su memoria, por muchas razones: no fuimos capaces de
rescatarla con vida, el trabajo de la autoridad y el de la sociedad civil no
fue tan efectivo como lo demandaba el caso, ni siquiera por el fracaso sufrido
en su búsqueda ha llevado a la autoridad a fortalecer las fiscalías
especializadas en casos de mujeres desaparecidas y a la compra de perros
especializados en el rastreo de personas con vida. Todavía más, ni siquiera el
presunto responsable ha comparecido ante un juez. Está prófugo.
El 6 de junio no puede pasar como una
fecha más, sin decir algo sobre la materia de desapariciones forzadas y sin
comprometernos en mejorar el trabajo de las búsquedas de personas ausentes.
Algunas tareas esperan la acción de la autoridad para crear el Consejo estatal
de búsquedas, la actualización de la legislación sobre desapariciones forzadas
y las propuestas mencionadas arriba. Junio tiene otra fecha ligada a la
desaparición forzada de personas, el día 30: el Caso Las Quintas, que cumplirá
22 años. No estaría mal que el próximo día 6 iniciemos la promoción de un
Encuentro Estatal de familiares con desaparecidos para el día del aniversario
de la desaparición de Juan Emerio, Abraham y Jorge.
La opinión y la voluntad de los familiares será determinante en esta valiosa
tarea. Vale.
Profr. Oscar Loza Ochoa
Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa/Jesús G. Andrade #475 Desp. 8/Culiacán, Sin./CP 80000/ Tel. (667) 712.56.80/oscar.lozao@gmail.com