La Montaña

UN ROMPECABEZAS HUMANO

Ustedes no han desaparecido; 
sus nombres los tenemos con nosotros.

Annalisa Melandri

Un hallazgo del grupo Sabuesos Guerreras obliga a replantear todo en materia de desapariciones forzadas. El sábado 9 del presente acumularon más de 5 mil piezas óseas humanas, encontradas en el mismo punto geográfico y en el que seguramente hay más, muchas más. Por el estado en que se encuentran dichos fragmentos óseos (sometidos a procesos clandestinos de cremación), quizá la mayoría no resulten útiles en el laboratorio de genética forense para una posible clasificación e identificación, pero en lo que no cabe ninguna duda es que ese alto número de restos corresponde a varias personas, ¿cuántas? Imposible saberlo hoy si no se recolectaron todos los cachitos humanos que hay en esas coordenadas y si no ha entrado en acción el laboratorio de genética forense.

Hay que recordar que en la zona donde se ubica el mencionado hallazgo, han sido encontrados restos completos de otras personas desaparecidas, entre ellos los del policía municipal Oscar Israel Ruiz Félix, quien desapareció el 21 de enero de 2017. Por qué decimos que ello obliga a replantear todo en materia de desaparición forzada de personas. En primer lugar por el abrumador número de restos encontrados, que da elementos suficientes para iniciar toda una nueva política de tratamiento del fenómeno de las desapariciones: investigando verdaderamente a fondo cada caso y comprometiéndose a parar esa práctica que tanto daño ha hecho a la sociedad sinaloense.

Da tristeza enterarse que con el trabajo de los grupos de familiares el número de personas localizadas sin vida es superior a las 160, pues de nuevo las cifras se vuelven cuestionamientos. ¿Por qué no fue resultado de un trabajo planeado por la Fiscalía? Más bien es el fruto de una colaboración de ciudadanos anónimos que aportaron datos sobre posibles fosas clandestinas y el esfuerzo inaudito de las madres que buscan a sus hijos en todo el territorio de Sinaloa.

Hay otro problema no menor que resulta de lo positivo de las búsquedas: la magnitud del trabajo que queda para la Fiscalía en los renglones de identificación del material recibido colapsa su capacidad funcional. ¿Qué ganan las familias y la sociedad cuando se llega a un punto límite como este? El noble esfuerzo de los familiares seguirá localizando restos humanos, pero si no hay una visión clara de la autoridad de fortalecimiento de las tres fiscalías especializadas en desaparición forzada y de qué hacer frente al crecimiento de fenómeno, lo que tendremos es una acumulación de restos humanos sin identificar y una situación de orfandad social, donde esta tragedia sólo crece y no falta quien la identifique como la normalidad  nuestra, cuando es inaceptable. No podemos quedarnos de brazos cruzados.

No nos faltan problemas. El día 7 de junio, al conmemorarse 19 años de vida de la Asociación de Periodistas que lleva ese nombre, Alejandro Sicairos, su presidente, señaló que los periodistas viven en situación de alerta. Y se refería a esa larga lista de reporteros que han sido asesinados en las últimas décadas en Sinaloa, como Oscar Rivera, Gregorio Rodríguez, Humberto Millán, José Luis Romero, Tony Gamboa y Javier Valdez; allí denunció que hay una campaña de desprestigio contra la periodista Gabriela Soto. Reitera el apoyo moral del gremio y llama a la solidaridad con la reportera.

El proceso electoral, lejos de convertirse en la oportunidad para las más amplias participaciones y expresiones democráticas, se ha convertido en un dolor de cabeza desde varios espacios en que los ciudadanos buscan hacer valer sus derechos. La intolerancia y la práctica de la violencia  son dos recursos que están lastimando la integridad de activistas políticos, candidatos, periodistas y activistas de derechos humanos. Y también ha cobrado ya alrededor de un centenar de vidas. Nos preocupa mucho la situación que vive Gaby Soto. Nos consta su honestidad como persona y su profesionalismo como comunicadora. Sabemos que su trabajo es el motivo central de los ataques que se dieron a través de las redes contra ella.

La respuesta que se ha dado a los ataques por organismos de periodistas, organizaciones sociales, reporteros, académicos y ciudadanos en general, es muy buena, pero nunca suficiente. Si a la solidaridad presente no le agregamos la dosis de vigilancia estrecha al caso de Gaby y de cualquier otro  que se insinúe como agresión y la exigencia de que se investigue a fondo, este caso y todos, sólo serán una historia para lamentar y para la memoria social.

Creímos que en vísperas del día del periodista o en esa fecha, el Coordinador de la Unidad de Protección a Defensores de los Derechos Humanos y a Periodistas sería designado por el Gobernador. Tiene en sus manos las propuestas que se le hicieron llegar, de acuerdo al Decreto respectivo. No se hizo. No entendemos porqué. No nos hubiera resuelto por sí solo el nombramiento del Coordinador los problemas que tenemos, pero es una medida que ya se retrasó mucho tiempo. Ojalá se haga pronto. Vale.

Profr. Oscar Loza Ochoa
Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa/Jesús G. Andrade #475 Desp. 8/Culiacán, Sin./CP 80000/
Tel. (667) 712.56.80/oscar.lozao@gmail.com