Estamos en medio de la nada, con mil
problemas por resolver y la desesperación de ver caminar tan lentas las horas
que separan el 1° de julio del 1° de diciembre. Así se antoja este momento
histórico. Terminó el proceso electoral y nos trajo buenas noticias, pero no
abrió un compás de espera para la atención de los problemas más graves y
urgentes que reclaman solución. Así que esos asuntos están aquí, preocupan y
exigen una salida. Las autoridades que se irán en unos meses mantienen la
actitud de siempre y las que deben ocupar su lugar no han llegado.
La demanda educativa a nivel medio
superior y superior ha cobrado una fuerte presencia. En las circunstancias
actuales la Universidad Autónoma de Sinaloa no puede resolver el problema, más
allá de errores y omisiones en su conducción; es necesario que la Universidad
Autónoma de Occidente y las instituciones privadas se sumen al esfuerzo
educativo y atiendan el total de la demanda. No se han destinado recursos suficientes
para cubrir el total de los alumnos cuyo proyecto de vida es seguir estudiando.
Cuando vemos este fenómeno, la situación nos remite a la promesa de campaña de
Andrés Manuel López Obrador. Se vuelve a sentir la necesidad de marchar con los
aspirantes a estudiar en aulas universitarias y que fueron rechazados. Las
autoridades educativas dirán que no hay recursos y lo desesperante es que hasta
el próximo año el presupuesto de egresos de la federación puede contemplar esos
dineros.
Ya hemos visto algunas reacciones frente
a este problema. Los senadores electos Rubén Rocha e Imelda Castro, han
demandado una auditoria al proceso de preinscripción a la UAS y las respuestas
del rector y de algunos voceros oficiosos no se han hecho esperar. Creo que la
preocupación de los senadores electos debió abarcar también a la OAdeO y al Sistema COBAES, no sólo a la UAS, pues estas
instituciones no son ajenas a la responsabilidad de resolver la cobertura total
educativa. Tampoco me convencen los argumentos que esgrimen desde la
Universidad, porque la transparencia con que deben ser conducidos estos
procesos de preinscripción nada tiene que ver con criterios personales o las
malas prácticas de la administración universitaria.
Esperamos plena disposición de las
instituciones educativas públicas para abrir todos los espacios posibles. Ojalá
así lo expresen a la sociedad. También deseamos que el compromiso de los
legisladores federales (diputados y senadores) y locales, sea la gestión de
recursos extraordinarios para que estas instituciones de educación puedan
contar con los apoyos suficientes para la atención de la demanda a nivel medio
superior y superior. Con toda la voluntad que pueda haber en materia de
educación seguimos en medio de la nada, porque los que se van siguen allí y los
que llegarán deben esperar (y nosotros también) a que transcurran largas horas
aún para retomar tantos y tan graves asuntos que reclaman solución inmediata.
Por lo demás, se acercan los días 26 y
30 de agosto y con ellos la exigencia social de que se pare la nefasta práctica
de la desaparición forzada de personas y que haya justicia para alrededor de 40
mil casos que se nos han acumulado en los 12 últimos años. Todos sabemos que
este fin de agosto se cumplirán 47 meses sin que haya
justicia para el caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa
y que, tan grande es el problema de las desapariciones, que el 30 de agosto ha
sido declarado Día internacional del detenido desaparecido. Desde la década de
los 80 del siglo pasado se busca hacer conciencia entre la población y las
instancias de gobierno a las que corresponde, para que se encuentre una
solución a este grave problema.
El pasado 4 de agosto se iniciaron los
Foros por la pacificación, organizados a instancias de quienes serán el próximo
gobierno en México. La presencia de víctimas y de organismos solidarios ha
hecho sentir su voz y demandas. Y el problema de las desapariciones forzadas
ocupa un espacio muy importante, junto al cuarto de millón de homicidios de los
últimos dos sexenios y al millón y medio de desplazados por motivos de violencia
en México.
Al término de esos foros seguramente las
denuncias, testimonios y propuestas para enfrentar los problemas en materia de
seguridad ocuparán algunos metros cúbicos de papel. Esperemos que la magnitud
del asunto no se mida por esas dimensiones, sino por los reclamos que desde
ahora se han hecho, invitando al nuevo gobierno a un cambio radical de
concepción sobre seguridad. Todo ello implica revisar la legislación anterior
que toca esta materia, entre otras cosas la Ley de seguridad interior, la trasnochada
decisión de militarizar las policías y ese engendro al que le llaman mando
único en las corporaciones oficiales. Confrontar la legislación, las medidas
administrativas y los hechos con los resultados desastrosos, será lo menos que
deberá llevarse a cabo. El día 30 de agosto planteamos nuestro Foro sobre
seguridad. Vale.
Profr. Oscar Loza Ochoa
Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa/Jesús G. Andrade #475 Desp. 8/Culiacán, Sin./CP 80000/ Tel. (667) 712.56.80/oscarloza.ochoa@hotmail.com