No
quiero nada para mí, sólo anhelo lo posible imposible:
un
mundo sin víctimas.
José Emilio
Pacheco
Por considerar importante mi
intervención en el Encuentro Diálogo por la paz y el bienestar, realizado el
pasado lunes 29, lo comparto con ustedes.
Este es un momento histórico para el
estado de Sinaloa y para México: un encuentro de víctimas y de sus familias con
los representantes de un gobierno cuyo compromiso es empujar cambios profundos
en todos los órdenes de la vida económica, política, social y ambiental. Nos da
mucho gusto ver una reunión abierta, masiva, en la que esos representantes de
una alternativa democrática, como lo son los senadores, diputados y el
Secretario de Seguridad Pública del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador,
ciudadano Alfonso Durazo, de manera comprometida
estén sentados junto a nosotros, para escuchar las voces y demandas del
agravio, como podemos llamar a los reclamosde cada víctima o de su familiar.
Si nos asomamos al mapa del delito en
México, todos somos víctimas. La violencia ha dejado una densa estela de
asesinados, de desaparecidos y desplazados. No hay familia, prácticamente, que
pueda presumir que no tenga a un pariente que no haya sido víctima de una
acción violenta de esa naturaleza. Por eso decimos con mucha propiedad cuando
hablamos del luto por las vidas perdidas en la violencia, todos estamos de
luto; también repetimos junto a los familiares: los desaparecidos son de todos;
y como todos somos iguales en la desgracia, la angustia, la desesperación y la
incertidumbre de quienes han sido expulsados violentamente de sus lugares de
origen, también decimos: los desplazados somos todos.
Hartos de ver crecer el fenómeno de la
violencia, pero ciertos de que siempre hay un remedio
popular a cualquier tragedia, fuimos al 1º de juliopara acercarnos a la utopía de la justicia
social. Y desde ese día la esperanza ha cobrado un nuevo significado para
millones de compatriotas, por eso estamos aquí. La esperanza nos aproxima al
horizonte y ya no queremos decir del futuro, como lo dijera Mario Benedetti,
que le llaman porvenir porque nunca llega. Apostamos a que la esperanza nos
acerque a una nueva prevención del delito, a una inédita procuración y una
efectiva administración de justicia. No más, pero no menos.
Sabemos que la presencia de los
senadores Alfonso Durazo, Rubén Rocha, Imelda Castro,
diputados José Jaime Montes, Graciela Domínguez, doctora LorettaOrtíz y Jesús Estrada Ferreiro, es un verdadero
compromiso para concretar la esperanza, como primer paso hacia la utopía, con
el honroso testimonio de familiares con desaparecidos y del doctor Juan Eulogio
Guerra, rector de la UAS. Sabemos también que la presencia de las comunidades yoremes mayos, de grupos de desplazados y de familiares que
buscan a sus seres queridos, se debe al legítimo deseo de ser escuchados en
serio y de que haya compromisos concretos al término de este histórico
Encuentro. En este sensible, pero hermoso marco, todos los presentes tenemos un
sueño, un sueño a la manera de Octavio Paz:
"Hay que dormir con los ojos
abiertos, / hay que soñar con las manos, soñemos sueños activos de río buscando
su cauce, /sueños de sol soñando sus mundos,/ hay que
soñar en voz alta, /hay que cantar hasta que el canto eche raíces, tronco,
ramas, pájaros, astros,/ cantar hasta que el sueño engendre y brote del costado
del dormido la espiga roja de la resurrección."
El 31 de octubre, cumpliendo con su
obligación constitucional llegó puntual a la cita para protestar el cargo de
alcalde Jesús Estrada Ferreiro. No estaba solo, lo acompañaron el gobernador
Quirino Ordaz y los representantes de los poderes legislativo y judicial. Y
poco más de 2 mil ciudadanos. Como la institucionalidad obliga, hay que
reconocer esa actitud de respeto, los exalcaldespriístas hicieron acto de presentes. Una mezcla política
curiosa en un momento donde deben anunciarse nuevos tiempos y aires para el
municipio de Culiacán. El Poder ejecutivo del estado y el Judicial, de cuño y
forja anterior, fueron testigos de un evento que se anticipa en 30 días al
cambio del Poder ejecutivo federal. Así son los nuevos tiempos, que sin esperar
que sean mansos, apostamos a que no sean tan ariscos.
La entrada y el discurso de Estrada
Ferreiro de alguna manera esperada, fue tan impactante para los personeros del
viejo régimen, para los beneficiarios de los mismos, como para el resto de los
presentes (pueblo sin más). Me atrevería a decirlo, guardando distancias y
proporciones, que fue similar a la entrada de Diego López de Zúñiga, conde de
Nieva, a la Catedral de Lima, para legitimar su rango de Virrey del Perú, en
aquél abril de 1561, montado en un garañón negro, que se encabritó al penetrar por
la Puerta del Perdón, haciendo correr y buscar refugio a todos los que estaban
al alcance de los cascos del semental azabache.
Tres años duró el breve gobierno del
conde de Nieva, en los cuales no faltaron demoledores choques entre el virrey y
la familia Manríquez y la élite limeña. Tres años es el mandato de alcalde para
Estrada Ferreiro, a quien le recordamos fraternalmente que la cultura de los
derechos humanos no es ajena a la vida pública y que en mucho puede ayudar a
una transición pacífica que apunte con claridad a la transformación democrática
del país. Vale.
Profr. Oscar Loza Ochoa
Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa/Jesús G. Andrade #475 Desp. 8/Culiacán, Sin./CP 80000/ Tel. (667) 712.56.80/oscarloza.ochoa@hotmail.com