No todo está perdido. Hay jornadas que
alimentan la esperanza. Este miércoles 27 del presente es un ejemplo de que los
esfuerzos desde la sociedad y desde el Estado pueden complementarse, y concluir
en logros significativos que contribuyan a la paz y a la gobernanza. En el
Congreso del Estado se desarrolló el segundo encuentro con familiares de
desaparecidos, organismos y personas interesadas en el tema de desapariciones
forzadas.Hay cuatro iniciativas de ley
registradas y se consulta a los asistentes con el fin de elaborar una final que
se convierta en la ley de la materia.
A la misma hora, pero en la sala de
audiencias a grupos sociales de la Secretaría de desarrollo social, se llevó a
cabo una reunión entre el titular de dependencia, el secretario de salud, el
director de la vivienda en el estado, el director de derechos humanos del
gobierno del estado, Secretaría de economía y la Coordinadora estatal de
desplazados. No pude estar en los dos eventos por razones obvias. Aunque el
tema de la desaparición forzada de personas es en buena medida la razón de mi
participación social, busqué estar presente en la reunión de los desplazados
porque en ella se resolverían algunos de los problemas centrales que exigen
solución desde que el problema se generó allá por 2009 y que se acumula en la
medida en que crece el fenómeno del desplazamiento interno.
Sé que en el segundo encuentro en el
Palacio legislativo fue muy productivo, pues a las reflexiones del primero se
suman nuevas inquietudes y propuestas, que aportan nuevo material
para los legisladores que en comisiones y en pleno se encargarán de elaborar y
aprobar la nueva Ley de desapariciones forzadas. Los diferentes grupos de
familiares han estado muy activos en propuestas y este miércoles no fue la
excepción. Nuestros mejores deseos de que alcancemos una buena legislación y
que las puertas de la voluntad de la autoridad estatal se abran para que
contemos también con una política pública que ponga fin a la impunidad en
materia de desapariciones forzadas y que detenga esa práctica que profundiza la
herida abierta en 1975 con la desaparición de Lourdes Martínez Huerta.
En la reunión con desplazados se dieron
pasos importantes en la concreción de medidas que resuelven algunas necesidades
improrrogables. La utopía se abre espacio en el berenjenal de los imposibles.
De entrada el doctor Efrén Encinas recibió la lista de personas que requieren
atención por problemas de salud física o emocional. A partir del lunes próximo desfilarán
ante el personal médico especializado. Es su compromiso. En otro renglón,
Salvador Reynosa, director de vivienda informa que se ha localizado un lote en
el punto llamado La Raqueta o Los Acantos en Mazatlán, que puede ayudar al
alivio de la situación de vivienda que se demanda por los desplazados del sur
del estado. También informa que hay reserva territorial disponible en Guasave y
Choix. No lo hay en Culiacán y Guamúchil.
También se informó que se está en vías
de comprar alrededor de mil 100 estufas para los desplazados y que se han
entregado fondos para cinco proyectos en el sur de 21 solicitados. Y se informa
que para proyectos productivos para el centro y norte del estado se entregarán
dos y cinco millones respectivamente para proyectos productivos. Quedando
pendientes la localización de terrenos en Guamúchil y Culiacán. Hay un problema
pendiente que debe atenderse a la brevedad: la redefinición de las zonas que
tendrán la presencia de la Guardia nacional, pues Concordia y algunas zonas del
norte del estado no están contempladas para ello, a pesar de las emergencias
que se siguen presentando en ellas. Se hizo la promesa de gestionar una reunión
con las autoridades a quienes corresponde definirlo.
El miércoles marcará un hito en el
quehacer público de Sinaloa, pues en la medida que se cumplan los acuerdos, se
fortalece el Estado de derecho en Sinaloa, la esperanza sube un peldaño y la
paz se encamina sobre un terreno menos resbaladizo. Si la Ley sobre
desaparición forzada de personas toma cuerpo sobre en las demandas, inquietudes
y certezas de los familiares, organismos sociales y de personas interesadas en
el tema, su contribución en la atención del problemas de las desapariciones
forzadas será grande. Si la Ley obliga a reglamentar el trabajo cotidiano de
quienes son responsables de la seguridad ciudadana mucho se podrá prevenir en
el terreno mencionado. La disposición de recursos para el trabajo de búsquedas
y de investigación debe ocupar un espacio como asunto mayor.
Qué bueno que la jornada del miércoles
fue posible en Sinaloa, ello habla muy bien de las posibilidades
y capacidad que tenemos los sinaloenses para atender tareas y emergencias como
las mencionadas. Ojalá se repitan con frecuencia. El país, nuestro estado y la
paz social lo necesitan. Vale.
Profr. Oscar Loza Ochoa
Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa/Jesús G. Andrade #475 Desp. 8/Culiacán, Sin./CP 80000/ Tel. (667) 712.56.80/oscar.lozao@gmail.com