en
tu partida lo manifiesto: por encima de nuestros desencuentros
mis
respetos por tus aportaciones en materia de derechos humanos.
El bienestar es un derecho humano. Sin
duda un espacio vital que reclama movilización permanente para conquistarlo y
preservarlo. No admite descuidos ni que nos crucemos de brazos. En esta materia
se ha dado un paso adelante con la nueva administración pública, pues a partir
del 1° de diciembre los adultos mayores no incluidos en los sistemas de
pensiones en el IMSS e ISSSTE, podrán recibir el doble de lo que les llegaba
vía programas del gobierno federal. Los pensionados de las instituciones verán
incrementadas sus pensiones en el monto nominal que crecen los otros. Todo ello
a partir de los 68 años.
La política del bienestar apunta
correctamente hacia los jóvenes desempleados y que no han encontrado espacio en
las aulas o en los centros de trabajo. Esos a quienes la vida les ha cerrado
las puertas en el momento más decisivo de su existencia. Ahora surge una
oportunidad que les acerca el horizonte: pueden emplearse con un apoyo que el
Estado mexicano dedicará para su primer empleo. Ojalá este incentivo para el
despegue del primer empleo de muchos jóvenes lleven a la empresa mexicana a
vivir una etapa de crecimiento, mientras califica a esa mano de obra que tendrá
disponible.
El Estado tiene un política de atención
para los jóvenes que asisten a la escuela pública, ellos tendrán un apoyo para
hacer frente a problemas elementales que se presentan en la escuela: libros,
materiales para aula y laboratorios, etc. Aunque el monto no sea la gran
cantidad, tiene dos virtudes que hay que valorar socialmente. Una es la
cantidad de jóvenes beneficiados y la otra es que no se contaba con ese apoyo.
Las becas, emparentadas de alguna manera con los esfuerzos que el gobierno de
Lázaro Cárdenas llevó a cabo, crean mejores condiciones para salir adelante y
aumentar el número de los que terminan carreras técnicas y la universidad.
Las viudas y madres solteras, que
representan alrededor del 28 por ciento de quienes sostienen los hogares
mexicanos, también verán llegar apoyos que alivien de alguna manera su
estresante situación. Lo mismo esperan las personas con discapacidad. Su
derecho al bienestar vivirá una nueva etapa, que debe fortalecer sus ánimos
para enfrenar la vida. Bienestar y dignidad es el binomio que los acerca a una
verdadera inclusión a la sociedad.
Pero la política de bienestar debe
sustentarse no sólo en una filosofía incluyente, debe disponer de recursos para
que estos sean distribuidos entre los sectores sociales vulnerables. El Estado
mexicano había encontrado las fuentes para sustentar su atención a programas de
educación, vivienda y salud. Es cierto que no fue más allá de cierta atención
dejando de ladoa millones de familias
marginadas, pero los recursos naturales fueron los proveedores de los fondos
para atender esas necesidades. El petróleo y la energía eléctrica fueron el
maná que resolvió las emergencias. Y también debe serlo ahora.
Pero no todo es miel en la penca, hay
resistencia a esas políticas del bienestar. Recuperar las fuentes de energía
para el pueblo pasa por eliminar la corrupción que priva en ellas. Obliga a
desterrar el robo (huachicoleo) en Pémex y la CFE y a enfrentar a quienes desde los puestos
públicos o sus relaciones consiguieron robar combustible o energía eléctrica
asegurando impunidad y hacerse de enormes fondos que pertenecen al pueblo y que
deben ser destinados a la solución de los problemas de pobreza y a fortalecer a
las generaciones de niños y jóvenes presentes.
Los banqueros han rechazado cualquier
medida que toque los excesivos intereses y comisiones que aplican contra sus usuarios,
mismos que están muy por encima del promedio internacional; los beneficiarios
de la corrupción, entre los que se distinguen exfuncionarios, empresarios
ligados al comercio de gasolinas y bandas civiles ligadas a otros crímenes,
también se mueven buscando no permitir el avance de la política del Estado
mexicano. El boicot contra la distribución de las gasolinas a través de los
oleoductos es muy claro y ha costado muy caro como sucedió en Tlahuelilpan, Hidalgo.
Y la presión seguirá subiendo en la
medida en que los programas señalados vayan cumpliendo con su cometido. Hoy
quizá no parezca demasiado amenazante o peligroso para la estabilidad política
y social del país. Pero hay demasiados puntos rojos en el horizonte que nos
dicen que se están abriendo muchos frentes para detener la nueva política del
bienestar. Se mueven los huachicoleros dentro y fuera
del Estado, los banqueros, los especuladores de la Bolsa de valores, los
funcionarios de los otros dos poderes que no aceptan la austeridad republicana,
incluidos los de organismos autónomos, sin faltar no pocos de los presidentes
municipales que llegaron al poder bajo la bandera de Morena. Los Telefonistas
de México ven acercarse una situación difícil para ellos y para los
trabajadores del país si crece esa ola de los grupos conservadores que no
admite la política de bienestar social. Entre las alternativas que construyen
es impedir demandas como la de los obreros en Tamaulipas (30 mil en huelga),
seguir siendo beneficiados con la corrupción y su regreso al poder. El derecho
al bienestar, recordémoslo en todo momento, es un derecho humano. Y se
garantiza con una mejor distribución de la riqueza. Defendamos nuestro derecho
al bienestar. Vale.
Profr. Oscar Loza Ochoa
Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa/Jesús G. Andrade #475 Desp. 8/Culiacán, Sin./CP 80000/ Tel. (667) 712.56.80/oscar.lozao@gmail.com