Medidas sin precedentes para tiempos sin precedentes.
SadikKhan
¿Qué nos
plantea el día después de esta pandemia? ¿Caminaremos con renovada
andadurahacia la construcción de un
mundo nuevo? Por lo pronto no pocos nos adelantan que la crisis civilizatoria
presente (contingencia de salud, recesión económica, crisis ambiental, etc.) será
el fin del mundo que conocemos y padecemos. Es lo deseable, no sabemos aún si
será lo posible. Pero en tiempos de crisis hay que buscar certezas, pues las
dudas y miedos no tienen parentesco alguno con el sentido de la oportunidad.
Si hay puntos
de referencia importantes para ubicarnos en las coordenadas de la presente
crisis y que nos ofrezca elementos para la toma de decisiones como sociedad,
son el Informe del presidente Andrés Manuel, el marco que da la situación a
nivel internacional, el comportamiento de los dueños del dinero en México y lo
que sucede en sectores vulnerables de la sociedad, a pesar de las llamadasmedidas anticíclicas.
Los números duros en todos los ámbitos nos dan una pauta para ubicarnos, así
sea sobre el cráter de un volcán activo, pero determinando la posición real que
tenemos. No hay determinación de rumbo sin ello.
Del discurso
presidencial se desprende que su proyecto sobre la 4T no lo hace mover ni el
coronavirus, ni la recesión económica evidente desde 2019. En términos
generales no está mal mantener el proyecto por el que se ha trabajado desde el
primer suspiro del presente siglo; pero el país y el mundo no están viviendo la
“normalidad” impuesta por el neoliberalismo. No es de gratis que se hable de
crisis civilizatoria al referirse a lo que pasamos en el presente momento. Soy
partidario de la 4T y de los que plantean ir al fondo de las cosas, pero hay
preguntas que no pueden quedarse en el aire después del discurso del
Presidente: No hubo acuerdo con la cúpula empresarial, ¿por qué? Tenemos 25
años pagando a los banqueros una deuda injusta e inmoral, ¿por
qué no se tocó el tema. Ese dinero nos hace falta aquí y ahora. La crisis será
de larga data.
Hay quienes
han reclamado que la clase media no fue foco de atención en el Informe. No
condenan que se hable de apoyos a los pobres, pero se preguntan qué pasará con
los pequeños y medianos negocios si han cerrado desde hace días. Yo agregaría, buena
parte de los trabajadores de esas pequeñas y medianas empresas se fueron a sus
casas con salario parcial o sin él. Tienen derecho a una respuesta del Estado
muy concreta. Otro sector muy vulnerable son los vendedores ambulantes de los
centros de las ciudades, de los cruceros, de los que venden en las periferias, en
las playas y centros de recreo, los músicos, los trabajadores domésticos, etc.
En el Informe se anuncian créditos, pero estos tienen sus peros: que quienes los
soliciten no estén en el buró de crédito y que son sólo eso, créditos.
La inversión
pública y privada alcanzará los 339 mil millones de pesos dice AMLO, no está
mal, representan cerca del 1.4 por ciento del PIB, pero el boquete que dejarán
la recesión que empezó desde 2029 y la pandemia, dice la CEPAL que llegará al 4
por ciento. Hay otras opiniones especializadas que nos remiten al 6 por ciento.
Y no hablo de los que llevan el porcentaje más allá. ¿De qué tamaño deben ser
los recursos a disponer? Al menos del 6 por ciento del PIB.
¿Cuál es el marco
internacional en el que se da el Informe? Todo fue que los extranjeros tenedores
de bonos gubernamentales se enteraran de que México iniciaba su doloroso
caminar por la senda del coronavirus, para que en 20 días retiraran 321 mil 388
millones de pesos (1.3% del PIB). No fueron los únicos en “tomar las de
Villadiego”. La Reserva Federal (FED) de EU informó la semana pasada, que la
cantidad de dinero transferida por mexicanos a cuentas bancarias
norteamericanas fue de 76
mil 166 millones de dólares hasta enero pasado. Y considera que esta puede alcanzar
los 84 mmd. Esto nos pone en situaciones vividas ya en 1982 y 1994. Bien dicen
que el capital no tiene patria. Tampoco madre.
A todo esto hay que agregarle que nos han heredado un sistema de
seguridad social con el acta de defunción incluida. Y reconociendo los
esfuerzos que AMLO ha realizado en estos 16 meses de gobierno para revivirlo,
lo cierto es que tiene que hacer frente a esta crisis sanitaria sin
precedentes, cuando la convalecencia de ese sistema de salud no ha terminado.
Que las autoridades nos digan que hacen falta 9 mil médicos especialistas en
plena crisis, habla de la magnitud de la tarea que tienen que enfrentar, sobre
todo si la curva de la pandemia sigue en ascenso y el punto de inflexión se ve
lejos.
Es crisis civilizatoria la que vivimos y bien dice Emmanuel Macron: “al día siguiente, cuando ganemos, no será un
regreso al día anterior.” Por eso el Estado mexicano no puede quedarse en el
discurso del domingo 5. Tiene una crisis múltiple: la del coronavirus, la
recesión, la ambiental y la de seguridad. Se tiene una obligación fiscal por
pago de deuda pública por casi 749 mil millones de pesos, más del doble de lo
anunciado como inversión, equivalente al 3 por ciento del PIB. ¿El Congreso de
la Unión no tocará este problema? O pagamos puntualmente esa deuda o
sobrevivimos. Lo planteado en el Informe del domingo no alcanza a cubrir las urgencias
de las mayorías, que sólo podrán cruzar el vado de la crisis con el
imprescindible apoyo del Estado. Pero aún esas medidas adolecen del elemental
apoyo organizado político y social. No hay un acuerdo firme con la cúpula
empresarial, pequeños y medianos empresarios siguen en espera de medidas
contundentes y de la gran masa que vive en la informalidad, muchísimos están al
garete, desorganizados. Si el hambre aprieta corren el riesgo de ser
manipulados por las cúpulas empresariales. Ni Morena en la calle ni en el Congreso está
manifestándose como fuerza en apoyo de las medidas anticíclicas.
Tampoco tiene opinión propia. Imposible quedarnos al margen en este momento.
Vale.
Profr. Oscar Loza Ochoa
Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa/Jesús G. Andrade #475 Desp. 8/Culiacán, Sin./CP 80000/ Tel. (667) 712.56.80/oscar.lozao@gmail.com