El capitalismo
requiere un crecimiento del 3% anual para funcionar, pero el planeta
no puede sostener un crecimiento donde la
economía se duplique cada 25 años.
VijayPrashad
¡Así no delegado Jaime Montes! Por qué me
expreso públicamente de esta manera. Porque hemos recibido varias quejas de
ciudadanos que no han recibido apoyo o se lo han cortado, a pesar de sus
condiciones de salud y edad. Y peticiones en las que se solicita nuestra
mediación ante el despido de servidores de la Nación. Una constante de su
oficina es no contestar oficios y cuando lo hace es bajo términos imprecisos.
El saldo que registramos es el de varias familias muy necesitadas a las que no
les están llegando apoyos y que sobreviven a la “buena de Dios, como dice mi
madre.
De los despidos de servidores de la
Nación, las lacónicas respuestas nos dicen que se les venció el contrato, pero
no se molestan en decirnos cuándo arrancaron y por cuánto tiempo serían. Hemos
requerido al delegado por una información completa y ésta no ha llegado.
Sabemos que muchos de los despedidos no estaban de acuerdo con el manejo
interesado en la distribución de apoyos. ¡Ojalá se defienda públicamente el
delegado! Tenemos en la CDDHS el sustento de lo que afirmo para aclarar
cualquier situación al respecto.
―Los días más oscuros en la lucha
contra la pandemia están por llegar. ―Dijo muy recientemente JoeBiden, el presidente electo
de EU. ―Aún con la vacuna no se podrá evitar la muerte de decenas de
miles de personas. ―Abundó. La esperanza, sin ser doblegada del todo, no
impedirá que la fatalidad le arrebate centenares de miles de vidas más en el
mundo. El recurso disponible y más socorrido en la catedral del capitalismo es
el dinero, como remedio de males como la pandemia. El Congreso de los EU recién
aprobó otro fondo de 900 mil millones de dólares, para la atención de la
emergencia que vive su país, que ahora enfrenta una segunda oleada de la
pandemia. Ojalá mitigue buena parte de los dolores, sobre todo si ahora la
orientación de los recursos toca a los que perdieron el empleo y al casi 14 por
ciento de la población, identificada como los pobres pobres
de la Unión Americana.
A unas semanas del relevo de gobierno en
el país vecino, ya nos preguntamos si habrá algún cambio de actitud de la nueva
administración en materia económica hacia los países del sur. Por la víspera se
conoce el santo, y para el caso de la próxima administración de Biden, hemos visto la incorporación de los llamados
halcones (por su actitud belicosa) al equipo de política exterior. En el tesoro
estará Janet Yellen, militante de la corriente
keynesiana, quien ya estuvo en la FED durante el gobierno de Obama. Estará
acompañada por AdewaleAdeyemo,
inmigrante nigeriano y por Cecilia Rouse, maestra de
Princeton, morena también. ¿Qué garantía hay de cambios verdaderos en el trato
hacia los países pobres con funcionarios de cuna humilde? La duda domina el
horizonte, sobre todo cuando los que deciden sobre política exterior son los
banqueros, los grandes monopolios y la élite industrial militar. También está
por verse la actitud de Biden en las próximas
reuniones del G-20, en las que el fantasma de las deudas de países pobres
volverá a rondar la mesa de negociaciones. La cancelación de las deudas hará
mayor ruido, frente a un inminente colapso de muchas economías.
En tanto, ¿cómo iniciar el año 2021 en
México y América Latina? El múltiple desgaste de los estados nacionales, el de
las empresas y el de las familias, oscurece el panorama que se tiene enfrente.
Raída la economía, ajado el ánimo moral y dispersas las fuerzas con que pueden
contar los trabajadores y desempleados del país y del continente, dependen
mucho a corto plazo de la disposición de recursos y de la voluntad de quienes
gobiernan el país y las naciones con historia y cultura común. El debate que
vivió el Parlamento de Portugal, en el que se buscó la orientación del
presupuesto 2021 en favor de los pobres y damnificados del Covid-19,
desafortunadamente no tuvo eco en América Latina. Y tendremos que cargar con
algunos odiosos fardos el próximo año, como el pago puntual del servicio de la
deuda y seguir perdonando que los grandes capitales no paguen impuestos de
manera progresiva.
El gobierno mexicano anunció que el
salario mínimo tendrá un incremento del 15 por ciento para 2021. No está mal.
Pero ya se aclaró en los dos años anteriores que los trabajadores de salario
mínimo son el 23.8 por ciento del total del mundo del trabajo, por lo que el
impacto en la economía nacional no es significativo. ¿Por qué no se ha
planteado una mejor alternativa también para el grueso de los asalariados que
tienen ingresos de 2 y 3 salarios mínimos? Acaso nos dirán que, si con la
propuesta del 15 por ciento los empresarios piden que el gobierno cargue con el
peso central del aumento, con un incremento sustancial para la mayoría del
mundo del trabajo, sobrevendría una rebelión empresarial. Pero la respuesta que
dieron al salario mínimo es propiamente un mensaje de amor y paz, sin contar
las recientes alianzas con partidos políticos de oposición con claros fines de
poder.
El 2021 anuncia ya un fuerte activismo de
empresarios que se ponen el huarache de no mejorar la situación de los
trabajadores y de buscar el regreso a la situación que vivíamos hasta 2018.
Esta movilización por recuperar privilegios perdidos se da en un marco de
amplia desorganización del mundo del trabajo, pues las dos centrales de
trabajadores que se impulsan por destacados morenistas,
no han calado en la inmensa clase trabajadora y el mejor ejemplo de lo
inadecuado del esfuerzo es que empiezan divididos. El 2021 es año electoral en
17 estados, que ocupará la atención en la disputa del poder político en esas
entidades, pero no ayudará a la organización de clase de los trabajadores.
Habrán pasado tres años sin el mejor aprovechamiento en esta materia. Ojalá no
lo lamentemos. Vale.
Profr. Oscar Loza Ochoa
Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa/Jesús G. Andrade #475 Desp. 8/Culiacán, Sin./CP 80000/ Tel. (667) 712.56.80/oscar.lozao@gmail.com