Algunos dicen que empezó con el pie
derecho y otros con el pie izquierdo. Más allá de filosofías cristianas o
izquierdistas, digamos sencillamente que el Santiago de esta administración (el
arranque) fue el que muchos ciudadanos esperábamos. Las dos primeras audiencias
fueron para los familiares con desaparecidos y para los desplazados. Y el
espacio para los encuentros con esos grupos vulnerables fue el Salón de
Gobernadores, coordenadas a donde acudían sólo los capitanes de las empresas
locales, los políticos de altos vuelos, los pro
hombres del régimen en turno. No estaban los satisfechos, sino las víctimas del
delito.
De la primera audiencia pudimos observar
lo siguiente: el tiempo dispuesto alcanzó las dos horas, en las que los
representantes de los 22 colectivos de familiares intervinieron por espacio de
tres minutos. Las intervenciones estuvieron ricas de reclamos y propuestas y al
final Rubén Rocha Moya asumió nueve compromisos muy concretos ante las
abundantes peticiones: La construcción de tres panteones ministeriales (Ahome, Culiacán y Mazatlán); Casa Hogar para indigentes;
ratificación del comisionado de búsquedas, Juan Carlos Saavedra; apoyo a las
fiscalías especializadas en desaparición forzada de personas.
De la misma manera informó del Plan estratégico
de combate al delito con que contará la Fiscalía General del Estado; instruye a
la secretaria del bienestar, Ruth Díaz, para que no falten
los apoyos a familiares; disposición entera para compra de reactivos para el
laboratorio de genética forense; seguimiento puntual a la identificación de
restos humanos, y la seguridad de que el nuevo fiscal se reuniría con los
familiares. Un grupo de cinco colectivos presentaron un documento en el que se
planteó la necesidad de darle un marco techo a toda la actividad relacionada
con la desaparición forzada: una nueva Constitución Política local y una
política pública que busque detener la práctica de la desaparición forzada.
Sólo hubo referencia a la voluntad de detener dicha práctica.
A la segunda audiencia también se le
dedicaron dos largas horas, en las que los representantes de nueve colectivos
de desplazados expresaron durante cinco minutos los problemas
y demandas de cada uno de ellos. Al final, los compromisos tomaron cuerpo en
once renglones, tan prácticos como necesarios, recogiendo en algunos de ellos
esas dolorosas carencias que expresan su presencia tímida, una mirada llena de
incertidumbre o una figura esculpida de orfandad y desamparo.
Allí estaba don Guadalupe Vizcarra, que
no pudo expresar con palabras los apuros de sus representados, pero que sus
ojos húmedos y los impedimentos físicos describieron tan claramente. Rocha
Moya, se comprometió a socorrer a ese grupo asentado en Guamúchil y a gestionar
pensión para don Guadalupe, la regularización de los terrenos en Concordia,
donde hay un asentamiento de desplazados desde hace años; a doña Modesta, de Tepuche, le reitera el apoyo a su grupo y la invita a
trabajar como intendente en Palacio.
También para Concordia, la búsqueda de
terrenos y crear las condiciones de regreso a los lugares de origen; se buscan
acuerdos con Infonavit para adquirir las viviendas
disponibles para desplazados y las ocupadas para
quienes las habitan; se buscarán créditos individuales en Banobras
para la adquisición de viviendas para desplazados; se incrementará el
presupuesto para desplazados; se revisará el modelo de terrenos y casas para
desplazados; se buscará aplicar el Programa Sembrando vida en terrenos de
desplazados; nuevo censo de desplazados y el funcionamiento de comedores
comunitarios. Y hace público que el CEVIVE (antes INVIES) será administrado por
un activista del MASS-Mazatlán.
Pero no todo es miel en penca en
Sinaloa, pues el presidente municipal de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro, sólo
ha encontrado como forma de agradecer su reelección anunciarles a los pensionados que a partir de enero ya no habrá descuentos
en los recibos del agua potable ni en el predial. Hay decisiones
administrativas como estas en las que los ciudadanos no podemos quedarnos
callados, porque las consecuencias económicas para muchas familias de
pensionados no son pecata minuta y, desde luego,
porque esas medidas no tienen nada que ver con la Cuarta Transformación que
enarbola el presidente AMLO, son tan incongruentes como la reprobable medida de
cobrar más de medio millón de pesos por razones de “riesgo de trabajo” como
presidente municipal, aparte del sustancioso sueldo que ya cobra.
Ojalá que al Congreso del Estado no le
pase entre azul y buenas noches las intenciones de Estrada Ferreiro y pueda
pautar de manera firme lo que ha sido ley en el municipio de Culiacán y otros
de la entidad. Ni la austeridad republicana ni la situación que aún prevalece
por la pandemia y la crisis económica que la acompaña como segunda piel,
aconsejan que la hacienda municipal o el edil principal, actúen como los antiguos
señores feudales en materia fiscal y en recaudación de impuestos. Si esto se
permite, no sólo habremos retrocedido varias décadas en justicia al sector de
pensionados, tomará cuerpo el capricho personal, no la ley, en materia de
políticas públicas. Como al Cabildo de Culiacán se le ha olvidado para qué
diablos existe, el Poder Legislativo tiene la palabra. Vale.
Profr. Oscar Loza Ochoa
Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa/Jesús G. Andrade #475 Desp. 8/Culiacán, Sin./CP 80000/ Tel. (667) 712.56.80/oscar.lozao@gmail.com