No se reeditó Un día sin nosotras. No
con la contundencia y convocatoria de 2020. La pandemia y la crisis económica
han impuesto límites a la organización y acciones en la calle; pero en
compensación estuvieron presentes muchos grupos sociales y con discurso que
habla de los problemas de su sector y de los que enfrenta la sociedad. Al menos
fue el caso de Sinaloa. Aquí se desarrollaron actos oficiales, pero se hicieron
presentes las organizaciones de carácter social, con una jornada de tres días
en el estado cubriendo las ciudades de Culiacán, Mazatlán y Los Mochis.
La Comisión de Defensa de los Derechos
Humanos en Sinaloa, colectivos de familiares con desaparecidos, organizaciones
de vendedores ambulantes y desplazados por la violencia, organizaron tres importantes
eventos en las ciudades mencionadas. No estuvimos solos, la destacada feminista
Mónica Soto Elízaga fue la figura nacional que nos
acompañó. Ella es una importante promotora por la suspensión del pago de la
deuda pública y, desde luego, activista incansable por la igualdad de las
mujeres en todos los campos y aristas de la vida económica, social, política,
cultural y ambiental.
El discurso de Mónica toca los
cuestionamientos que ya conocemos sobre la vida subordinada en el hogar como
hijas, hermanas, esposas o madres y su aportación en la vida económica como
empleadas enfrentando discriminación, desigualdad salarial, acosos, etc., pero
va más allá al tocar las aspiraciones y utopías del feminismo. Y le tocó
escuchar, con mucha atención por cierto, las quejas y demandas de las mujeres
que hicieron presencia en cada uno de los actos: las mujeres con familiares
desaparecidos reclaman mayor atención de las autoridades y cuestionan la
calidad del trabajo que se realiza desde las oficinas públicas, pues la carga
del trabajo de búsquedas descansa en el esfuerzo de ellas, no en el trabajo de
la Fiscalía.
Las vendedoras ambulantes hablaron de
sus problemas al gestionar sus asuntos ante el ayuntamiento, la búsqueda de una
mejor vida para sus hijos a través del autoempleo al sufrir discriminación
salarial en las empresas y cómo se han convertido en jefas de familia exitosa a través de su esfuerzo como comerciantes en la vía
pública. También estuvieron presentes defensoras de derechos humanos haciendo
análisis sobre la situación que viven las mujeres en materia de seguridad
pública y como víctimas de una situación de violencia que ya cobra siete vidas
en el estado de Sinaloa.
Mención especial merecen también las
desplazadas por la violencia en el sur de la entidad. Ellas recibieron a Mónica
en el fraccionamiento de los desplazados en Mazatlán. Hay una dolorosa
narrativa en sus intervenciones, pues su salida de las comunidades de origen no
fue grata. Dejaron tierra, bienes, animalitos y querencia. Y no faltaron quienes
huyeron de sus pueblos sin poder sepultar a familiares que la violencia del
momento había asesinado. Así con la amenaza de más muertes, sin más bienes que
lo que tenían puestos, se fugaron.
En el evento de Los Mochis hicieron
presencia mujeres que hacen cabeza en asociaciones de personas con
discapacidad, mujeres que han sentado precedentes de lucha muy importantes al
interior de la policía preventiva municipal, las rastreadoras de varios
colectivos de familiares, destacando la presencia de Mirna Nereida, quien recibió
el día 8 la medalla Norma Corona de parte del Congreso del Estado y Josefina Couriet de Saracho, que un día
encarara al mismísimo Salinas de Gortari cuando visitó Topolobampo
por allá a principios de los noventa del siglo pasado.
No faltaron los yoremes
mayos, que enfrentan el despojo de sus tierras a manos de bandidos que
protegieron los viejos regímenes. Allí estaba José Luis Buitimea
“el Jao”, vecinos de Charay
y de El Pochotal. Allí estuvo la prensa, como lo
hicieron en las otras reuniones y algunos intelectuales universitarios testigos
de muchas batallas en el campo de los derechos humanos y reserva moral en las
luchas sociales de las mujeres de hoy. Cómo dejar de lado la presencia de la
maestra Olga García en Mazatlán y de Miguel Ángel Gutiérrez, corazón y alma del
movimiento de desplazados del sur o de Sarita Galaviz, la febril visitadora en
la zona norte de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa.
Distinguida la presencia del diputado César Guerrero y de los regidores Valle Saracho y Angie Valenzuela.
De las jornadas en mención bien vale la
pena rescatar algunas aportaciones valiosas, como el novedoso y sesudo discurso
de Mónica, del cual la opinión de más de dos de los presentes
es que nos puso a los hombres como trepadero de mapaches
y aparte nos dejó contentos. También se observó un sentimiento de orfandad
entre las mujeres con familiares desaparecidos, porque no ha parado el fenómeno
de la desaparición forzada de personas y tampoco se ha encaminado correctamente
el diálogo permanente que ofreció el gobernador Rubén Rocha, por eso hubo y hay
simpatías para la realización de dos caravanas de colectivos y activistas de
derechos humanos por la presentación de los desaparecidos. Caravanas como la
realizada hace cinco años desde El Fuerte a Culiacán. Vale.
Profr. Oscar Loza Ochoa
Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa/Jesús G. Andrade #475 Desp. 8/Culiacán, Sin./CP 80000/ Tel. (667) 712.56.80/oscar.lozao@gmail.com