Las luchas
sociales atraviesan décadas, formas, etapas, capas,
bifurcaciones, derrotas,
hasta que logran construir realidades más justas.
Centro de
estudios legales y sociales. Argentina
Al pasado se vuelve por citas y por
golpes de memoria. Este sábado 18 de junio los sobrevivientes de las luchas de
los años setenta y ochenta se han convocado para darle rostro y alma a la
memoria que se niega a irse con la generación que la parió. Será interesante
escuchar las decenas de testimonios de quienes fueron jefes y tropas del movimiento
estudiantil, popular y guerrillero de la época que siguió a las masacres de
1968 y 1971.
De antemano sabemos que estarán figuras
como Camilo Valenzuela, David Moreno Lizárraga, Jaime Alvarado Aldrete, Raúl Dennis Rivera, Enrique Rangel, Víctor Joel
Armenta Osuna, Eduardo Esquivel Revilla, los hermanos Martínez Huerta, Luis
Alberto Guerra Chiquete, los hermanos Aguilar Soto y
Víctor Hugo Aguilar Gaxiola. Interesante sería la presencia de José Domínguez,
Joel Hernández Niño, Rigoberto Rodríguez Benítez y Juan Guerra. Por las
historias que no nos han contado y por las interrogantes que han crecido en
este tiempo y que ya desbordan el saco de nuestra impaciente memoria.
La sede del Encuentro será en el Centro
Sinaloa de las Artes “Centenario”, la ex Casa del Estudiante, ubicado en el
cruce de calle Buelna y avenida Andrade. El evento se
suscribe en las jornadas nacionales llamadas Proceso de Reflexión Raúl Ramos
Zavala. En otras ciudades del país esos esfuerzos por el rescate de la memoria han
sido un éxito y, de alguna manera, el compromiso primario de luchar por un
México más justo y menos desigual se reitera en dichas reuniones y pretende
redimirse. El escenario no puede ser mejor, pues en ese recinto vivieron no
pocos de los personajes que se sentarán el sábado a inyectarle vida a esa
memoria que aspira ser de todos y que pretende entrar por la puerta grande de la
realidad nacional, porque los entresijos son para las aspiraciones que no han
alcanzado carta de ciudadanía.
Y como el tsunami electoral de 2018 fue
posible también por el movimiento de 1968, 1971 y la gran ola social de
movilizaciones en el campo, la ciudad y las universidades, justo es hacer
presente esas aportaciones para el presente. Sí, sin dejar de lado la lucha
armada en gran parte del territorio nacional y el nacimiento de una militancia
ciudadana que hoy es parte de la piel y el corazón republicanos: la defensa de
los derechos humanos. La Reforma Política de 1978 no puede explicarse sin el
componente de estos elementos. Tampoco la revolución electoral que vivimos
ahora.
Y como bien nos dice Luis Cardoza y
Aragón: “todo gira en derredor de lo vivido y lo soñado o su confluencia”, la
memoria que hará presencia de cuerpo entero este sábado busca
un reencuentro con los recuerdos y las acciones de compañeros de lucha
inolvidables como Elmer Gutiérrez Rodríguez, Liberato
Terán Olguín, Ramón Hernández Guerrero, Castillo Castillo,
los cuatro caídos el 16 de enero de 1974, José Barrón Caldera, Oscar César
Gaxiola Murillo, Antonio Salazar Lazcano, Marco Antonio Parra y también de
Norma Corona, Jesús Michel Jacobo y Jorge Aguirre Meza. No nos perdamos este
encuentro histórico.
El Congreso del Estado decidió el
desafuero del presidente municipal de Culiacán y ha designado como alcalde
sustituto al arquitecto Juan de Dios Gámez Mendívil.
Sin meternos ahora en los pormenores del caso, sí es importante que hagamos
referencia a las circunstancias en las que arriba a esa responsabilidad. En
estos primeros días de gestión lo hemos visto muy activo. Como algunos
problemas fueron detonantes en la caída de Jesús Estrada Ferreiro (viudas de
policía, policías jubilados, cobros de predial y agua potable a pensionados)
pues es natural que sean atendidos en el alba de la administración.
Pero hay otros problemas que reclaman
ser cocinados más despacio y mejor pensados. No está mal que se haya sentado a
escuchar a los comerciantes establecidos del centro, pero no son la única voz
que existe en el Centro Histórico de la ciudad de Culiacán. Se deben atender
también a los vendedores ambulantes, a las nopaleras y cientos de vendedores
semifijos y ambulantes que se ubican fuera del primer cuadro urbano y sufrieron
medidas administrativas discriminatorias e injustas de parte del ayuntamiento.
El Covid-19 llevó al cierre por 100 días de los puestos del comercio ambulante
y otros tantos del comercio fijo pequeño. Las deudas contraídas no se han
saldado para muchos y las pérdidas humanas sufridas durante la pandemia
hicieron más dramática la situación para las familias que viven del trabajo
informal (cuyo sostén principal son mujeres). No existe una política pública de
apoyo para ellos, esperemos que no sea un asunto de poca monta para el nuevo
alcalde.
Entre las tempranas declaraciones y
medidas de Juan de Dios está el abanderamiento de una campaña encaminada a
disminuir la violencia intrafamiliar y contra las mujeres. Sin duda es un
acierto. Por la paz del municipio y por el bien de la mujer culichi
le deseamos éxito en esta empresa, recordando que ni es una tarea de pocos ni
que terminará en el tiempo de vida de su administración. Que la convocatoria vaya
para todas y todos los que vivimos en esta tierra de Ayapin,
de Inés Arredondo, de Chuy Andrade, de Rosa María Peraza, de Enrique Peña Bátiz y de Norma Corona. El coronavirus nos ha regalado una
dolorosa lección: la solución de los asuntos públicos sólo puede encontrar
salida con la más amplia participación ciudadana. La otra opción acaba de
fracasar. No la reeditemos. Vale.
Profr. Oscar Loza Ochoa
Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa/Jesús G. Andrade #475 Desp. 8/Culiacán, Sin./CP 80000/ Tel. (667) 712.56.80/oscar.lozao@gmail.com