La Montaña

VA EL CARNAVAL Y LA PANDEMIA TAMBIÉN.

Enconáis la herida cuando debierais curarla.

¡Cruel conflicto, venir a este mundo para corregirlos!

Shakespeare

Algunas casualidades, actitudes y hechos, alimentan nuestras preocupaciones. ¿Cómo interpretar la actitud de la autoridad municipal de Mazatlán que nunca detuvo los preparativos para la realización del Carnaval de este año? Mientras el gobernador Rocha afirmaba que la autorización estaría sujeta al comportamiento del semáforo de la pandemia y a la opinión autorizada de la Secretaría de Salud local. En tanto observábamos la conducta errática del dichoso semáforo, nos sorprendió que el Químico Guillermo Benítez, presidente municipal de Mazatlán, nunca hizo un alto en los preparativos.

Y los mismos incluyeron concentración de muchas personas para la elección de personajes del Carnaval y un desfile, desde luego, para presentarlos en público y promover la fiesta de la carne y de los negocios en grande de algunos empresarios. Mortificados por la casi segura ruta de los contagios en las fiestas carnestolendas, las comunidades de Topolobampo, San Miguel y Villa de Ahome, en el norte suspendieron esas celebraciones. Y con mucha razón, pues las experiencias de 2020 no fueron gratas en el terreno de contagios y fallecimientos por Covid-19.

La pasada navidad no nos detuvo a pesar de los llamados y advertencias de la OMS. La alegría, las celebraciones y las concentraciones de familias y grupos sociales se multiplicaron, pesaron más que la prudencia. En enero las consecuencias se vinieron de golpe. Apenas vemos un poco más claro que las cosas pueden componerse y, sin mediar las consideraciones que hacen las autoridades sanitarias, que son las indicadas en tiempos de emergencia para orientar el comportamiento oficial y ciudadano, de acuerdo a la Ley Federal de Salud y la correspondiente local, se resuelve realizar el Carnaval. La decisión fue claramente política, no bajo criterio sanitario.

No lo decimos nosotros, así lo dejó claro el día 19 del presente el secretario de salud, Melesio Cuén: “yo no he autorizado el carnaval”. Y lo ratificó el gobernador Rocha Moya: “el (Cuén) aclara que no lo autoriza, él da su opinión. Nosotros consideramos otras cosas”. Pero más allá de estas declaraciones, no deja de preocupar muy seriamente que mientras se decide con criterios científicos o políticos, las autoridades de Mazatlán no hicieron el alto, el compás de espera mínimo, en respeto al derecho humano a la salud de los sinaloenses y a las autoridades de salud y políticas estatales. Hicieron contratos y continuaron con los preparativos con una actitud que manifestaba que el Carnaval se llevaría a cabo de cualquier manera.

El que se haya declarado que el semáforo sanitario pasó de anaranjado a amarillo salvó de alguna manera los apuros en los que estaba el gobernador, pero para muchos ciudadanos ni fue una decisión técnica muy natural lo que llevó a cambiar en positivo el semáforo ni hace ver al maestro Rocha como la autoridad a la que se dispensó la deferencia que le corresponde como la primera autoridad política del estado. Dos factores brillan en estas circunstancias a pesar del cambio de régimen político: el poder del dinero y la irresponsabilidad política.

Con todo lo mal resuelto, deseamos que las consecuencias que el Carnaval traiga sean lo menos severas posibles. Se han prometido muchas medidas para controlar aforos y conductas humanas en la fiesta del rey Momo y de reinas de la belleza. Centenares de policías, drones y sustancias sanitizantes, ¿serán suficientes esas prevenciones en una población con la cultura nuestra? Más aún en un ambiente donde son verdaderas masas las que se mueven dando forma y contenido al Carnaval. Y donde el alcohol invita a brincar trancas y desobedecer autoridades.

El viernes 18 el Congreso del Estado llamó a Parlamento Abierto para comentar la Iniciativa de Ley de Protección a activistas de derechos humanos y periodistas. Desde 2019 estaba en la congeladora. Hoy parece que caminará en breve hacia su aprobación. A reserva de ver la suerte que correrá el esfuerzo de activistas, periodistas locales y las organizaciones como Reporteros Sin Fronteras, Artículo 19, CPJ y Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos en México, hoy saludamos esa intención diciendo enhorabuena. Por fin contaremos con una Ley en la materia y, esperamos, con una institución que dé verdadero cobijo a reporteros y defensores de derechos humanos.

Fallece Atanacio Loza Bazán, controversial activista magisterial, un gran conversador como su abuelo y tocayo, un profundo conocedor de historias del Viejo Oeste Norteamericano y sensible hasta las lágrimas en la formación de niños y jóvenes con capacidades diferentes. También se va Sergio Jacobo Gutiérrez, adelantado exalumno de mis clases de historia. Temprana pluma con brillo y de quien esperé siempre más como intelectual que como político. Descansen en paz ambos sinaloenses. Vale.

Profr. Oscar Loza Ochoa
Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa/Jesús G. Andrade #475 Desp. 8/Culiacán, Sin./CP 80000/
Tel. (667) 712.56.80/oscar.lozao@gmail.com