Un aroma de mujer hecho protesta llenó
las calles de México. Hubo actos oficiales que intentaron estar a la altura de
lo que exigen las mujeres en lucha, pero lo natural y lo esperado es lo que
sucede en la calle. No hay que olvidar que las propuestas de cambio nacieron en
la plaza pública, en los plantones, en las marchas, en las huelgas y
enfrentando la represión en no pocas ocasiones. Y aunque en las protagonistas
de esos actos de autoridad haya rostros y currículos de damas que fundaron
asociaciones y asolearon propuestas y protestas en todos los 8 de marzo, los
aires acondicionados y el entorno oficial le dan una pátina poco apropiada.
La ciudad de Culiacán vio desfilar a
varios grupos de mujeres desde La Lomita hasta Catedral. Allí estuvieron jefas
de familia a quienes la necesidad de una vivienda las ha llevado a invadir
departamentos y terrenos en Valle del Agua, trabajadoras precaristas de El
Ranchito, madres que exigen seguridad jurídica sobre las casas que están
pagando desde más de 12 años en Valle de Amapa y no
faltaron las activistas de la organización Rastra Campesina. Y al frente de
estos contingentes marchaba doña Susana Ayala con un distinguido grupo de
Madres con Hijos Desaparecidos. Llamaba la atención la constancia en
reivindicar su reclamo de ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!
La marcha no fue silenciosa ni
desmayada. Daba gusto ver que cada grupo mantuvo las consignas propias de su
causa: los que tenían problemas de vivienda o de terrenos donde vivir eso
exigían. Las gargantas lo hicieron con mucha energía y las lonas y las
pancartas reiteraron lo que las consignas no soltaron de principio a fin de la
jornada. Pudimos observar en esa labor de corear consignas a un grupo de
maestros en los que destacaban las profesoras Lupita Gamboa y Aguirre. Y
mención especial merece la legendaria doña Mary González Apolinar, cuya energía
para organizar y mantener el ánimo de manera permanente lució como en los
viejos y buenos tiempos. Fue un honor marchar al lado de esas activistas.
Las activistas Magdalena Angulo y
Gabriela de Rastra Campesina, le dieron un toque singular a la marcha. Junto a
cada paso de esas mujeres en movimiento, se reafirman las sentidas demandas. Y
justo es comentar que no fue lo más adecuado esa medida anunciada apenas hace
unos días por el gobernador: establece un consejo de la vivienda con los mismos
sectores que han llevado al fracaso este renglón de la economía: los
constructores, los notarios y funcionarios. No fueron convocados los sin casa
(sus movimientos organizados).
¿Quién debe dimensionar el problema de
la vivienda? En primer lugar el Poder Ejecutivo y a la par el Congreso del Estado,
pues para hacer posible diagnóstico, planes para atender el problema y acciones
para resolverlo, es imprescindible voluntad política, claridad de miras y
recursos. No negamos que el sector privado debe estar presente en el
diagnóstico y planeación, pero dejarle el campo abierto para que lleve la voz
cantante, es continuar por la ruta que fabricó el fracaso de la política de
vivienda en los últimos años y también es abdicar como Estado a las facultades
que le da el Artículo 4° Constitucional.
En la perspectiva de la Agenda 2030 de
la ONU y que suscribe el Plan Estatal de Desarrollo, ¿qué responsabilidad cabe
al gobierno del estado y al federal? Ya no es posible y, menos en el gobierno
que reivindica la 4T, posponer la atención al problema de la vivienda. Y no
sólo es hablar de vivienda sin las singularidades que ello implica. La vivienda
debe ser digna y decorosa, dice la Constitución y las acciones que se están
desarrollando en la materia están muy lejos de cumplir con esos requisitos,
basta ver las casas que se entregaron a los desplazados o las que se construyen
ahora en Alturas del Sur. Son tan ajenas a lo que recomienda la ONU y la OMS y
a lo que originalmente planearon INFONAVIT y FOVISSSTE.
Una cosa que debemos entender luego de
lo que manifestaron las mujeres este 8 de marzo, es que el presupuesto 2024 no
puede estar huérfano de un planteamiento de solución al problema
habitacional. Es hora de que el discurso dé un paso al frente y que se acompañe
con recursos económicos.
Las Madres con Familiares desaparecidos
no quieren quedarse solo con su grito desgarrador reclamando el regreso de sus
seres queridos que un mal día no volvieron a casa. ¿Qué debe hacer el gobierno
en el problema de la desaparición forzada? Al menos ir más allá de lo que hasta
este día ha hecho. Las instancias creadas y los acompañamientos a las búsquedas
de desaparecidos muestran sensibilidad, pero con todo siempre van unos pasos
atrás del fenómeno de la desaparición. Con frecuencia hemos manifestado que
países hermanos como Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay, entre otros dieron
fin al problema de la desaparición forzada. Y México no ha podido encontrar el
punto final. Alegraría muchos corazones escuchar de las autoridades que tienen
la voluntad de parar la práctica de la desaparición y que ya se cuenta con una
estrategia integral para ello. Ojalá no tarden mucho con esa buena nueva. Vale.
Profr. Oscar Loza Ochoa
Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa/Jesús G. Andrade #475 Desp. 8/Culiacán, Sin./CP 80000/ Tel. (667) 712.56.80/oscar.lozao@gmail.com