Lo
más peligroso solía venir precedido por el silencio.
Leonardo Padura
El proceso
electoral nos está dejando ingentes dolores de cabeza. Por un lado, nos
enteramos de candidatos amenazados y cuya salida para algunos es la renuncia a
participar como tales en la campaña electoral y hasta candidatos que han
perdido la vida antes de registrarse o cuando ya corrían en actos de
proselitismo. Esta situación es de por sí preocupante, pues ha impactadoa ciudadanos de distintos partidos políticos
y en diferentes entidades federativas, como Michoacán, Guanajuato, Tamaulipas y
Morelos, entre otras. Sinaloa no es la excepción en el tema, pues algunos de
los candidatos de oposición han solicitado ante el INE protección para desarrollar
con mayor seguridad sus trabajos de proselitismo.
Pero los actos
de violencia y actitudes que ofenden no se quedan en el ámbito de acción de los
candidatos, pues de acuerdo al Instituto de Protección para las Personas
Defensoras deDerechos Humanos y Periodistas,
ya se han presentado diez quejas desde que comenzó la campaña electoral. En un
informe reciente de la Institución se desgranan los datos acumulados en su
breve vida, que se remonta al mes de agosto de 2022. Se han emitido 519 medidas
para la salvaguarda de ciudadanos defensores de derechos humanos o periodistas.
Las amenazas son el mayor riesgo, dice su coordinadora Jhenny Judith Bernal
Arellano. Y el Instituto ha acumulado 65 denuncias por ello.
No está mal
diseccionar las actividades del Instituto, pues de esa manera nos queda más
claro lo riesgos que abrazan no solo a candidatos, defensores de derechos
humanos y periodistas, si no los potenciales daños a la coyuntura electoral y,
desde luego, a la gobernanza de Sinaloa y del país. Las medidas señaladas alcanzaron
a 124 personas: 50 periodistas, 53 defensores de derechos humanos y 21
familiares de los ciudadanos mencionados. Si tomamos como referente la
coyuntura electoral pasada, el alma no nos regresa al cuerpo de manera automática,
porque además de las denuncias de irregularidades en casillas de Ahome, y
Culiacán, lamentamos el homicidio del Profr. José Román Rubio pocas semanas
después de concluido el proceso electoral.
A todos nos debe
interesar que más allá de las pasiones naturales o alimentadas que despierten
los procesos electorales, debe preservarse la institucionalidad y el respeto a
ella, pues el funcionamiento de toda sociedad marcha bien si va por los rieles
que garanticen el Estado de derecho o al menos en los que puedan canalizarse
los derechos que cada cual reivindique y crea legítimos. Apostarle al caos es
buscar que los intereses que menos tienen que ver con la sociedad se impongan y
determinen el destino de las mayorías. La autoridad deberá trabajar horas
extras y empeñarse en erradicar, en lo que le sea posible, las conductas
antisociales y delictivas que van dedicadas a deslegitimar el proceso
electoral.
Busquemos que en
este ensayo democrático en el que los electores determinarán quien se hará
cargo de las riendas del país y de los diferentes espacios legislativos y de
poderes ejecutivos locales, que campañas e iniciativas marchen por los cauces
que contempla la Ley y que la convocatoria para atraer el voto ciudadano con
toda la pasión y arrebato partidario nunca toque las fronteras que invitan a
las acciones violentas. Los viejos tiempos del partido único (PRI) tan llenos
de accidentes y tropiezos, y robos de urnas, no están proscritos del todo.
Hoy se habla de
poderes fácticos como un riesgo muy presente y no falta razón para decirlo. Y
definamos muy bien qué diablos son esos poderes por la vía del hecho, no del
Estado de derecho. Normalmente se identifica a las personas y grupos de
ciudadanos que se dedican a cometer delitos por vocación y por negocio. Y es
común llamarles crimen organizado. Y no han faltado especialistas en el tema que
hasta dimensión numérica les ponen. El periódico El Financiero publicó el día
21 de septiembre de 2023 que, si Femsa empleaba a 321 mil trabajadores, Walmart
México a 231 mil, Manpower a 203 mil, América Móvil a 181 mil, mientras el narcotráfico
en México emplea un ejército de 175 mil trabajadores. Es el quinto empleador en
este país. El inevitable OXXO se queda atrás con 168 mil empleados.
Pero los poderes
fácticos no son sólo los llamados fuera de la Ley, también lo son grupos de poder
que reivindican el Estado de derecho o al menos sus inversiones y empresas
están debidamente registradas en Hacienda, aunque busquen tercamente evadir los
impuestos que les corresponden. Unos tienen bancos, otros, empresas televisoras
o son desarrolladores urbanos, pero todos ellos se hermanan en clubes o
sindicatos de grandes inversionistas para hacer presión o negociar con los
gobiernos en turno. Podemos llamarles de cuello blanco o dorado, pero en lo que
no hay duda es en el poder real que ejercen para el rumbo de la economía y
política del país. También ellos cuentan a la hora de alimentar la gobernanza o
de echarla a perder.
Tenemos una
lucha electoral llena de asegunes, con discursos más cercanos a los combates de
barrio que a los foros de altura en los que se enaltece a quienes participan en
las contiendas ciudadanas. La sociedad debe exigir de los candidatos poner los
pies sobre la tierra que pisan y la creatividad en las propuestas que se
exponen. Sobran los problemas que deben resolverse, muchos de ellos en el corto
plazo. La ofensa y las posturas agresivas poco aportan a esta coyuntura tan
importante en la definición del futuro de México. La sociedad no debe admitir
nubarrones negros en donde el compromiso debe ser el fortalecimiento del Estado
de derecho. Vale.
Profr. Oscar Loza Ochoa
Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa/Jesús G. Andrade #475 Desp. 8/Culiacán, Sin./CP 80000/ Tel. (667) 712.56.80/oscar.lozao@gmail.com