Qué
futuro más deseable que aquel en el que siempre
podríamos
hacer lo que quisiéramos sin agotar el mañana.
Andreu Escrivá
La rendición de
cuentas es huella indeleble del presente. La vida pública de nuestros días no
se entiende si no trota al parejo con la transparencia de lo que se hace. Y no
perdona el divorcio entre el dicho y el hecho. La sociedad ha encontrado, en
ello, un amplio espacio para la democracia y una efectiva medida para aquilatar
a las oficinas públicas. Para el caso de los organismos de la sociedad civil
también este principio tiene gran validez y, para que haya un complemento a
este gran principio, las organizaciones civiles se fortalecen a los ojos de la
base social a la que sirven.
Este próximo 21
de mayo, la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa rendirá el
Informe anual en vísperas de su cumpleaños número 41. ¿Qué puntos de
importancia social se tocarán en el evento más emblemático de nuestra
organización? Destaca la situación que se vivió en los campos agrícolas de Juan
José Ríos, Ruiz Cortines, Villa Juárez, Teacapán e Isla del Bosque. Sin poder
evadir la tragedia laboral de los jornaleros agrícolas, también por segundo año
consecutivo hemos registrado el fallecimiento de niños, hijos de jornaleros, en
las miserables cuarterías donde estaban hacinados. Lugares dejados de la mano
de Dios en los cuales, salvo las acciones del DIF estatal, las autoridades del
trabajo locales y federal, se comportan tan ajenas al problema como si esto
estuviera sucediendo en otro mundo.
Otro rostro de
nuestra realidad es el cúmulo de problemas con vértice en la mujer. Ya casi
agotamos un cuarto de tiempo del siglo XXI y no terminamos de aprender cosas
elementales de la buena convivencia entre mujeres y hombres. Baste echar mano de
las estadísticas de la Fiscalía General del Estado para imponernos de nuestras
fallas como sociedad, como autoridad y como la parte masculina de este ensayo
humano. Desde el año 2020 a la fecha, los homicidios (incluidos los
feminicidios) han evolucionado así: de 41 el primer año, a 50 el siguiente, a
34 y 38 en los subsiguientes y con un acumulado de 8 hasta abril de este año.
El delito de secuestro por fortuna no se dispara, pero en el renglón de muertes
culposas hay cifras en promedio de 100 en los años mencionados y en los primeros
cuatro meses del presente los números llegaron a 57.
Al echar un
vistazo al delito de violaciones nos damos cuenta que este renglón del
comportamiento antisocial exige una atención mayor. En 2020 el registro de
violaciones fue de 191, al siguiente año saltó a 284, en 2022 llegó a las 319 y
el año pasado a 320, en tanto hasta abril del presente registró 109 casos, manifestando
que urge hacer algo para que la cuenta no supere récords anteriores.
En los dos
últimos renglones del delito una presencia más activa y preventiva de parte de
la autoridad puede ayudar en mucho a disminuirlos. Si atendemos a la definición
de que en un homicidio culposo no existe la intención de quitarle la vida a una
persona, pero concurren elementos como negligencia, imprudencia o falta de
cuidado, ello nos da pauta para revisar las políticas de educación vial, de
prevención de accidentes y de planeación de la infraestructura urbana, entre
otras muchas. Y qué decir en violaciones. La guardia en el terreno de la
prevención deber ser alta y el grado de impunidad tiene que abatirse sin
demora.
Nos preocupa que
por segundo año consecutivo los productores de maíz salgan a la calle, tomen el
palacio de gobierno y lleguen a ocupar casetas de peaje en las carreteras o puntos
neurálgicos como la planta de Pemex en Topolobampo o el aeropuerto de Culiacán.
La producción de maíz sigue siendo deficiente en México, incluso en esta última
temporada bajó el 9.2 por ciento por motivo de sequía (reducción de superficie
sembrada) y caída en los rendimientos por hectárea. Tenemos necesidad de
importar poco más de 19 millones de toneladas de maíz, cuya calidad no está a
la altura de nuestro maíz blanco. Por lo que no deja de mortificarnos esos
desencuentros registrados entre la autoridad y los productores. Sobre todo la
reciente aprehensión del dirigente Baltazar Valdez. No creemos que la
judicialización de un problema social conlleve a la solución del problema.
Otro asunto de
gran calado y que no termina de entenderse y menos de sentar bases para su
mitigación, ya que resolverlo llevará varios años (contando con planes para su
solución apegados a los objetivos ONU 2030). Hablamos de la vivienda. Los
números no sólo hablan, gritan su gravedad: hay un déficit de 432 mil viviendas
en Sinaloa para 2022, según INEGI. Y como hay decenas de miles de familia con
ingresos tan precarios que ni yendo a bailar a Chalma alcanzan a ser sujetos de
crédito para una vivienda de las llamadas de interés social, entre las escasas
opciones que les queda es la invasión de terrenos, que a lo largo del estado
suman más de 100 predios urbanos. El Estado mexicano debe priorizar entre sus
objetivos para el año 2030 la construcción de 800 mil viviendas anuales, con el
fin de abatir una muy sentida necesidad de más de 8 millones de familias precaristas
en el país.
En el Informe
2023-24 la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos no podrá olvidar el
problema de la desaparición forzada de personas. Este problema fue una de las
razones que dieron origen a nuestra organización. Sus miembros fundadores forjaron
vocación y entrega a la causa de los derechos humanos al lado de las Madres con
hijos desaparecidos. Vale la pena recordar que ya arribamos a la tercera
generación de personas que luchan contra la desaparición forzada y que los
números de las víctimas de ese delito nos abruman las 24 horas del día y en su
doloroso silencio levantan la voz por una justicia plena para sus casos. Con
aproximadamente unos 113 mil casos, resulta inaplazable el compromiso del
Estado mexicano, por todos los medios y recursos posibles, de detener la
práctica de la desaparición forzada. El dolor y el luto permanente no pueden ser
la divisa de decenas de miles de familias mexicanas. Vale.
Profr. Oscar Loza Ochoa
Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa/Jesús G. Andrade #475 Desp. 8/Culiacán, Sin./CP 80000/ Tel. (667) 712.56.80/oscar.lozao@gmail.com